En el marco del 90 aniversario del Museo del Palacio de Bellas Artes, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) presentan la exposición “Alan Glass. Sorprendente hallazgo”.
Una exhibición que rinde homenaje al artista surrealista, según informó la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, esta muestra también coincide con el centenario de la publicación del “Manifiesto surrealista”, documento fundacional de este movimiento artístico. Asimismo, se trata de una oportunidad única para explorar la obra del creador.
La exposición está integrada por su producción artística de más de cinco décadas, donde abarca temas como la naturaleza, el deseo, los viajes y la muerte. Glass se relacionó con importantes figuras del surrealismo como André Breton, quien lo introdujo a este movimiento. Y con Alejandro Jodorowsky con quien trabajó en la escenografía de la película “La montaña sagrada”. También colaboró con Manuel Felguérez para la exposición “Arte popular de las Américas”, en España. Se vinculó igualmente con la pintora Leonora Carrington, con Aube Breton y con el artista Pedro Friedeberg.
Esta exposición está dividida en tres secciones: Bitácora de viaje: una introducción al artista; Objetos de afinidad: un atlas de ensamblajes; y El jardín de las diosas. En las cuales se reúnen 125 piezas provenientes de 13 colecciones, que muestran la diversidad de afinidades artísticas, literarias y espirituales que influyeron en la obra de Glass. Tales como pintura, dibujo, ensamblajes y video.
La curaduría, a cargo de Joshua Sánchez, Xavier de la Riva, Abigail Susik y el investigador sueco Kristoffer Noheden.
“Alan Glass. Sorprendente hallazgo” estará abierta al público hasta el 16 de febrero de 2025 en las salas Siqueiros, Camarena, Orozco y Tamayo. En un horario de: martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.
El surrealista Alan Glass
La fascinación de Alan Glass por la cultura mexicana comenzó con un objeto aparentemente simple pero cargado de simbolismo: un cráneo de azúcar, regalo tradicional del Día de Muertos. Este encuentro inicial con una de las tradiciones más emblemáticas de México marcó el inicio de una conexión profunda que influiría en su vida y obra.
Fue así como Glass encontró en México un espacio fértil para desarrollar su creatividad, estableciéndose en el país en 1970. Nacido en Canadá, su trayectoria dio un giro significativo en 1953, cuando se mudó a París. Fue allí donde tuvo su primer contacto con el movimiento surrealista, un encuentro que definiría su estilo y enfoque artístico. Este movimiento, caracterizado por la exploración de lo inconsciente y lo onírico, resonó profundamente en él, quien comenzó a experimentar con la creación de objetos que desafiaban las convenciones de lo cotidiano.
Tras su llegada a México, la influencia de la cultura local se hizo evidente en su obra. Glass adoptó elementos encontrados como botones, cabello e insectos, materiales que transformaba en composiciones surrealistas. Este enfoque no solo reflejaba su interés por lo extraordinario en lo ordinario, sino que también dialogaba con las tradiciones mexicanas, donde lo simbólico y lo cotidiano suelen entrelazarse.