La cantante Dulce perdió la vida este miércoles a los 69 años de edad a pocos días de haber sido operada de una decorticación pleuropulmonar, tras presentar una neumonía.
Esta noticia la dio a conocer el programa Isabel Noeggarath, hermana de la intérprete a través de sus redes sociales.
“Hermana, ya estás con nuestra mamá en el cielo cantándole. Te voy a extrañar. Descansa en paz. Te amo”, se lee en esta publicación, por lo que de inmediato surgieron reacciones como del programa “Hoy” que envió el siguiente mensaje.
“Lamentamos el sensible fallecimiento de Dulce, de las mejores voces de México. Nos unimos a la pena que embarga a sus familiares, amigos y seguidores”, se lee.
Así se vivió el proceso de recuperación de Dulce
Los aplausos cesaron, el escenario se apagó, pero la fuerza de la cantante Dulce siguió intacta. En una sala de hospital, el eco de una voz que ha conmovido generaciones cedió espacio a la respiración acompañada por la esperanza.
La intérprete mexicana se estaba recuperando tras someterse a una cirugía de decorticación pleuropulmonar, un procedimiento tan delicado como crucial. Las secuelas de una neumonía severa la llevaron a enfrentar esta intervención que marcó un parteaguas en su vida y carrera.
En el quirófano, los médicos extrajeron una capa de tejido fibroso que comprimió uno de sus pulmones, devolviéndole el aire y, con él, la esperanza de que tuviera un nuevo comienzo. Cada respiro simbolizaba un paso hacia la recuperación, un camino que, aunque lento, avanzaba con firmeza.
Dulce cuenta con una red de apoyo conmovedora
La noticia de su estado conmocionó al público, pero también movilizó a colegas y seres queridos. En el programa “Con Permiso”, el periodista Juan José Origel disipó rumores sobre diagnósticos más graves.
“Afortunadamente, no es cáncer, pero necesita toda su energía para superar esto”, compartió, pintando un panorama menos sombrío. Por su parte, Angélica Aragón, amiga cercana de Dulce, reveló en ese entonces detalles alentadores tras conversar con la familia: “Está mejorando. Es una recuperación lenta, pero constante”.
En medio de este proceso, la privacidad se ha convertido en el refugio de la cantante. Sin comunicados estridentes ni declaraciones públicas, Dulce y su entorno han optado por el silencio como una forma de preservar la intimidad y enfocarse en lo esencial: su salud.
Dentro de un medio donde la sobreexposición parece la norma, este acto de reserva resuena como un poderoso recordatorio de que el bienestar personal siempre debe ser prioritario.
Resiliencia en cada paso de Dulce
La familia de Dulce se mantenía como un pilar indispensable. Su yerno, Moisés González, describía con admiración la valentía con la que enfrenta esta etapa. Aunque el desgaste físico es evidente, la fuerza que caracteriza a la cantante brilla incluso en los momentos más desafiantes. Cada día es un testimonio de su resiliencia, respaldada por el amor y apoyo de quienes la rodean.
La promesa de un regreso de Dulce
Con compromisos artísticos pospuestos hasta 2025, el escenario parece distante, pero no inalcanzable. Este lapso no es un obstáculo, sino una oportunidad para recargar energías. La artista, que ha llenado escenarios con su poderosa voz, ahora canaliza esa energía en reconstruirse. Los aplausos que un día acompañaron su talento se transforman en el motor que la impulsa a seguir adelante.