En esta época de Navidad, los y las niñas suelen pedir cada vez más juguetes costosos o aparatos electrónicos, lo cual genera un dilema para los padres de familia, pues se vuelve más complicado cumplir las expectativas para los regalos de Navidad y Día de Reyes Magos.
Si los padres de familia ceden a todo lo que los niños les piden, les podría traer graves consecuencias, según compartió la Dra. Beatriz Adriana Corona Figueroa. Por medio de un boletín de prensa, la especialista en psicología por la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) detalló la importancia de enseñar a los hijos el valor de los regalos.
Explicó que es importante recordar que los regalos son elementos simbólicos que representan interés, halago o agradecimiento. Estos suelen ser la expresión material de un afecto y suelen llevar mensajes más o menos fáciles de comprender. Desde la psicología, esta enseñanza puede evitar problemas con la crianza de los menores del hogar.
De acuerdo con la doctora, y las aportaciones de José Carlos Noya Suárez, académicos de la UAG, “los regalos basan su efectividad en la capacidad que tienen para halagar al que lo recibe, hacerle pasar un buen rato, resolverle un problema o incluso una necesidad”.
Los niños y niñas deben aprender que los regalos “basan su esencia en que el receptor no tiene que dar algo a cambio como si lo estuviera comprando, debido a ello es que el elemento afecto o interés cobra mayor fuerza". Sin importar qué tipo de regalo se trate, buscan reflejar el afecto que se tiene por la otra persona. Con la inmediatez, internet y demás exigencias de la tecnología ha llevado a los niños a ignorar el valor de los regalos.
“Si los adultos sucumbimos a la inmediatez que representa comprar un regalo casi de manera compulsiva para sentir que estamos cubriendo las necesidades de los niños –o para sentirnos a nosotros mismos incluidos en la moda-, nos estaremos perdiendo de la reflexión que implica observarlos verdaderamente y aprender a descubrir no solo lo que los divierte o los distingue de otros niños , sino aquello que los haga reflexionar, aprender, desarrollar capacidades, ser creativos y, sobre todo, valorar y aprender a incluir a los demás en el propio disfrute", precisó la especialista.
La doctora sugirió enseñar a los niños el valor de compartir.
“El proceso de regalar comienza cuando el regalo es concebido, comprado y entregado, mientras el proceso que sigue al recibirlo no es muy distinto al que la función propia del objeto entraña. Solemos preguntarnos cómo deberían los niños recibir los regalos cuando gran parte del proceso se presenta antes de entregarlo. En un ambiente de valoración del esfuerzo, generosidad, cuidado y verdadero aprovechamiento de los bienes materiales, los niños aprehenderán el auténtico valor de los regalos y el significado que deben guardar para sus vidas", enfatizó.