En 1993, Emilio Azcárraga Milmo, conocido como “El Tigre”, alcanzó el título de hombre más rico de América Latina, con una fortuna estimada en 5.000 millones de dólares (mdd). Este empresario mexicano, quien heredó el control de Televisa, no solo consolidó su imperio mediático, sino que también se distinguió por su estilo de vida opulento y sus inversiones en bienes de lujo.
De acuerdo con los periodistas Claudia Fernández y Andrew Paxman en su libro El Tigre: Emilio Azcárraga y su imperio Televisa, el éxito de Azcárraga Milmo estuvo estrechamente vinculado al impacto cultural, social y político que Televisa ejerció desde la década de 1970. La empresa, fundada por su padre en 1930, se convirtió bajo su liderazgo en un referente de la industria televisiva, no solo en México, sino también a nivel internacional. Este poderío empresarial le permitió al padre de Emilio Azcárraga Jean acumular una fortuna que, en su momento, lo posicionó como una de las figuras más influyentes del continente.
Ello no solo le permitió hacer crecer aún más la también llamada Fábrica de Sueños sino darse una vida de lujos, excentricidades y despreocupaciones en la que sus más grandes pasiones, como lo era tener una gran cantidad de yates de alta gama, fueron cumplidas y cautivaron al público mexicano.
Lujosos yates y una residencia en Hollywood: en qué gastaba su dinero ‘El Tigre’ Azcárraga
Entre los bienes más emblemáticos de Emilio Azcárraga Milmo se encontraba el yate Eco, adquirido en 1991 por un valor de 2 millones de dólares. Según detalló el portal especializado Boat International, esta embarcación era considerada una de las más modernas de su época. Su diseño interior, inspirado en el estilo art decó, fue obra del reconocido diseñador François Zuretti, quien adaptó cada detalle a los gustos y al estilo de vida del magnate. Este yate no solo representaba un símbolo de estatus, sino también un reflejo de la personalidad extravagante de su propietario.
Sin embargo, no fue la única propiedad relacionada a su amor por las embarcaciones, pues el magnate invirtió grandes cantidades de dinero a otros yates de lujo, varios jets Grumman; varias residencias palaciegas en Nueva York, Los Ángeles y Aspen, así como una colección de arte considerada como una de las 200 más importantes del mundo por la revista Art News.
Se dice que el empresario tenía un gran interés por Estados Unidos, siendo la ciudad de Los Ángeles uno de sus destinos favoritos en el país vecino. Esto lo llevó a establecer una residencia en Hollywood, que constaba de dos casas, una de ellas destinada a recibir visitas, entre las que se encontraban sus propios hijos. Aunque Emilio Azcárraga Milmo, conocido como “El Tigre”, solía declarar que no sabía cómo gastar su fortuna, era propietario de un Mercedes Benz blindado.
Según documentaron los periodistas Claudia Fernández y Andrew Paxman en su obra sobre el magnate, a mediados de la década de 1980, Azcárraga navegó en uno de sus yates hasta Venecia para asistir a un baile de beneficencia, donde pagó mil dólares por disfrutar de una cena y bebidas en compañía de la aristocracia europea.
Otra historia que refleja su inmensa riqueza, narrada en el libro El Tigre: Emilio Azcárraga y su imperio Televisa, detalla cómo adquirió muebles de oficina valorados en 25,000 dólares en una exclusiva tienda de Los Ángeles, en una visita que realizó junto a su esposa, Paula Cussi.