Él es el narcolíder fantasma que importa químicos para fentanilo y consolidó el imperio incontrolable en México

Los Cárteles pagan millones en sobornos para lograr el contrabando de precursores provenientes de China

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El Cártel de Sinaloa, principalmente
El Cártel de Sinaloa, principalmente la facción de Los Chapitos, ha centrado su modelo de negocios en el tráfico de fentanilo (Foto: Infobae México)

Un hombre acercándose a sus 40 años, quien ha operado en las sombras, con un bajo perfil y lejos del glamour que caracteriza a los líderes criminales, es la imagen principal de toda la operación del Cártel de Sinaloa y otras del crimen organizado que han formado su imperio explotando la crisis de opioides en Estados Unidos.

Se trata de Javier, un hombre que ha ascendido dentro de la organización criminal hasta ser un intermediario químico, también conocidos como “brokers”. Él se encarga de comprar ingredientes chinos para la producción de fentanilo y los contrabandea a los laboratorios para la fabricación de droga en México, donde los llamados cocineros del cártel los convierten en opioides sintéticos.

Sus actividades se basan en organizar sobornos a servidores públicos mexicanos corruptos, crear empresas fantasmas que pasa importar precursores químicos, transportar dinero a casas de cambio para el pago de los proveedores o transportar ingredientes para la elaboración de fentanilo, precisa Reuters después de entrevistar a este líder criminal que había pasado desapercibido.

Sin embargo, Javier navega en agua más tranquilas, pues aunque participa en una actividad ilícita puede haber cientos de actores en México que alimentan el flujo de fentanilo, aunque las autoridades nacionales y estadounidenses no han podido dar un estimado, y ello se debe a que la industria química mundial es enorme y muchos de los compuestos que se pueden utilizar para fabricar fentanilo también pueden estar utilizados para usos legales industriales legales.

Parte de las pastillas aseguradas
Parte de las pastillas aseguradas (FGR)

Aunque las declaraciones de Javier no pudieron ser verificadas por la agencia, su testimonio es consistente con los detalles de la industria descubiertos por investigaciones, los relatos de otros narcos entrevistados y la apreciación de dos agentes antinarcóticos que dijeron que la historia sonaba creíble.

De mandadero a dirigir sus propios laboratorio de fentanilo

Javier contó que inició como mandadero en la organización criminal, y que poco a poco fue escalando posiciones en la organización. Ahora es parte de una red de traficantes e intermediarios que trabajan bajo el paraguas del Cártel de Sinaloa, ayudando a alimentar a la red obteniendo sustancias químicas de fentanilo y dirigiendo algunos de sus propios laboratorios de fentanilo.

Contó que comenzó importando precursores de fentanilo de Europa y que al comienzo el equipo de cocineros llegó a producir 100 kilogramos de fentanilo por semana, suficiente para producir alrededor de 50 millones de pastillas por semana, según un químico que consultó Reuters.

Un miembro de la Armada
Un miembro de la Armada de México y un perro rastreador patrullan el puerto marítimo de Manzanillo, en Manzanillo, Colima, México, el 14 de diciembre de 2023. REUTERS/Daniel Becerril. Para que coincida con el reporte especial DROGAS-FENTANILO-MEXICO-CHINA

En 2017, Javier y sus socios gastaron 50 mil dólares por una receta diferente, derivado a los problemas que tenían de aumentar la pureza del fentanilo; por ello tuvieron contacto con un proveedor en China, mismo que les envió paquetes de los precursores por aire, llegando hasta la Ciudad de México.

Los productos químicos que se necesitan en mayores volúmenes, como el cloruro de propionilo, suelen llegar en buques de carga. Javier dijo que su grupo mueve “toneladas” de precursores a través del Puerto de Manzanillo cada año. Además, dice que su equipo paga millones de dólares en sobornos anualmente a funcionarios del puerto, incluidos agentes de aduanas y, más recientemente, oficiales navales, para garantizar que las mercancías salgan del puerto sin problemas.

Javier aseguró que el grupo criminal con el que opera paga sobornos a contactos en una empresa química legítima para que recojan los cargamentos de precursores y los saquen del complejo para llevarlos de Manzanillo a Guadalajara. Desde allí, los pilotos contratados por el cártel vuelan la carga hacia el norte en aviones Cessna hasta las pistas clandestinas construidas en Sinaloa.

Para lograr el paso del cargamento y un traslado seguro, Javier aseguró que pagan sobornos a los policías estatales y municipales para que ignoren sus actividades.

Javier dijo que los compradores de los precursores de su equipo son cuidadosamente seleccionados: él y sus socios se reúnen con los posibles clientes en persona y un miembro confiable del cártel debe responder por ellos. El equipo toma pedidos a través de aplicaciones de teléfonos móviles encriptadas. El pago es solo en efectivo e incluye la entrega.

Con información de Reuters...

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