Ante el crecimiento de otros narcojuniors en el ajedrez criminal, la figura de Jesús Alfredo Beltrán Guzmán, El Mochomito, quedó relegada al recuerdo del criminal que participó en el secuestro de Los Chapitos y que se atrevió a atacar la ranchería de La Tuna, Badiraguato, cuna de Joaquín Guzmán Loera y hogar de su madre, Consuelo Loera.
Nombres como Ovidio y Joaquín Guzmán López, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ismael Zambada Sicairos, José Aréchiga Gamboa y Juan Carlos González Valencia, ganaron protagonismo mientras El Mochomito cumplía una condena de cinco años en prisión.
Ahora, en el contexto de la guerra civil que se vive en Sinaloa, el heredero del Cártel de los Beltrán Leyva figura en la prensa nacional como uno de los criminales más mencionados y buscados por su supuesta alianza con Los Chapitos, los mismos con quienes estaba enfrentado a muerte.
En las últimas semanas trascendió la presunta captura de Beltrán Guzmán, misma que el Gobierno de Sinaloa salió a desmentir; lo que sí se informó fue la detención de dos presuntos pistoleros de Los Mochomitos.
Trascendidos apuntaron a que Los Mochomitos o Linces fueron detenidos para impedir que su líder cayera en manos de la justicia; sin embargo, les decomisaron armas largas, fusiles, granadas, chalecos tácticos y mil pastillas de fentanilo.
La tarde de este 18 de diciembre el nombre del narcojunior volvió a figurar por vincularlo con el asesinato de un agente federal en un ataque director en la ciudad de Culiacán. Los medios citan a “fuentes federales” que mencionan al Mochomito como autor intelectual del ataque.
Lo cierto es que el heredero de los Beltrán Leyva tampoco tenía el poder de las remanencias del cártel que lideraron su padre, Alfredo Beltrán Leyva, y su tío, Marcos Arturo. El liderazgo recayó en manos de Fausto Isidro Meza Flores, el Chapo Isidro.
El Mochomito, de guerra a guerra
De apenas 34 años de edad, El Mochomito tuvo su periodo criminal más relevante en sus años 20´s, justo tras la captura del Chapo Guzmán y los intentos de Rafael Caro Quintero para tomar el control del Cártel de Sinaloa.
Reportes de inteligencia y periodísticos señalan que en 2014 el Narco de Narcos se alió con El Chapo Isidro y financió la guerra del Mochomito para enfrentarse a su tío, Aureliano Guzmán Loera, a quien acusaba de ordenar el asesinato de su abuelo; y a sus primos (Los Chapitos), a quienes logró secuestrar en agosto de 2016 con ayuda de otro de sus aliados, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Esta rencilla tenía también otros tintes de ‘venganza’, pues una de las teorías más difundidas en el mundo criminal apunta a que El Chapo Guzmán entregó al Mochomo a las autoridades a cambio de la libertad de Iván Archivaldo.
Y es que información publicada por el periodista Jesús Lemus apuntaba a que El Mochomito y El Mencho se habían aliado para controlar el huachicol en el centro del país; sin embargo, la alianza no duró, pues en diciembre de 2016 el heredero de los Beltrán Leyva cayó en manos de la justicia.
Su estadía en el penal de Puente Grande Jalisco no estuvo exenta de señalamientos por presuntos delitos, pues se le acusó de mantener un autogobierno, golpear a otros internos y cobrarles una cuota para no atacarlos. En 2021 la justicia mexicano lo dejó en libertad al reducirle su condena de nueve a cinco años.
A su salida de la cárcel, El Mochomito mantuvo un perfil bajo, eclipsado por los capos que se peleaban el control criminal del país: El Mencho, El Mayo Zambada; incluso a la caída de este último su nombre no figuró entre los narcojuniors que alzaban la mano en la guerra civil por el Cártel de Sinaloa.
Jesús Alfredo Beltrán Guzmán volvió a cobrar protagonismo cuando “fuentes federales” lo señalaron de ser un aliado de Los Chapitos y tras una publicación de la periodista Anabel Hernández, quien afirmó que el 29 de noviembre el narcojunior habría pagado 3 millones de dólares a elementos federales para que lo dejaran en libertad.