Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo y fundador de Los Zetas, fue trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano el lunes 16 de diciembre a las 17:35 horas tras ser extraditado desde Estados Unidos. Este movimiento marca el regreso a México de uno de los narcotraficantes más influyentes y sanguinarios de las últimas décadas, quien ahora enfrentará cargos pendientes en territorio nacional.
Cárdenas Guillén, conocido como “El Ingeniero” o “El Mata Amigos”, fue sentenciado en Estados Unidos a 25 años de prisión por delitos relacionados con el tráfico de drogas, aunque logró reducir su condena gracias a acuerdos de colaboración con las autoridades estadounidenses. En dichos acuerdos, entregó información clave que contribuyó a fracturar estructuras criminales, incluyendo a su propio brazo armado, Los Zetas.
En una entrevista con la periodista Azucena Uresti para Grupo Fórmula, el periodista especializado Luis Chaparro explicó la relevancia de este traslado y destacó que este movimiento puede desestabilizar a los cárteles en México, especialmente al Cártel del Golfo, que aunque debilitado, “podría sentirse empoderado por la figura de Osiel Cárdenas en México”.
En Tamaulipas, uno de los bastiones tradicionales de esta organización, hubo enfrentamientos violentos en 2022 entre células internas que buscaban el control del territorio. La presencia de Cárdenas Guillén en México podría reavivar estas pugnas o provocar una reestructuración interna en la organización.
Antes de ser extraditado a Estados Unidos en 2007, Osiel Cárdenas Guillén cumplió tres años de prisión en México. En el país vecino, además de cooperar con las autoridades al entregar información sobre su red, pagó una multa de 50 millones de dólares. Según Chaparro, ese dinero fue recaudado mediante órdenes directas de Cárdenas Guillén desde prisión: “Ordenó que se recaudara un dinero para entregar al gobierno por protección, pero realmente lo que estaba haciendo era juntar el dinero para su multa en Estados Unidos”.
El apodo de “El Mata Amigos” refleja la violencia que caracterizó su liderazgo, pues él mismo mató a uno de sus más allegados amigos para quedarse con el liderazgo del Cártel del Golfo, que eventualmente heredaría el apodado Tony Tormenta, su hermano Antonio Cárdenas Guillén.
Los Zetas: un legado de violencia extrema
Osiel Cárdenas Guillén dejó una huella profunda en la historia del narcotráfico en México al fundar Los Zetas, grupo que comenzó como su seguridad privada y evolucionó hasta convertirse en una de las organizaciones más sanguinarias del país. En sus orígenes, Los Zetas estaban integrados principalmente por exmilitares, quienes aportaron tácticas de combate y una disciplina militar que distinguieron a este brazo armado dentro del Cártel del Golfo.
Durante la entrevista, Chaparro afirmó: “Este grupo estaba formado casi exclusivamente por exmilitares mexicanos, quienes eventualmente formarían Los Zetas... pero el origen, la génesis de Los Zetas, era Osiel Cárdenas Guillén, quien reclutó a puros militares para servirle como seguridad personal dentro del Cártel del Golfo”.
Las prácticas violentas instauradas por Los Zetas incluyeron ejecuciones públicas, torturas y la difusión de actos de extrema brutalidad contra sus enemigos y traidores. Estas tácticas, según Chaparro, fueron un cambio significativo en la forma de operar de los cárteles en México.
“Fueron también quienes instauraron una serie de técnicas extra violentas, extra sanguinarias, que hoy por hoy lo siguen practicando otras organizaciones criminales”, subrayó.
Aunque el Cártel del Golfo tuvo una influencia notable durante los años de liderazgo de Osiel Cárdenas Guillén, actualmente el escenario del narcotráfico está dominado por organizaciones como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Estos grupos han concentrado el control del tráfico de drogas, especialmente de sustancias sintéticas como el fentanilo.
Un líder desconectado
En el Altiplano, Cárdenas Guillén comparte prisión con figuras históricas del narcotráfico como Héctor Luis “El Güero” Palma Salazar, Rafael Caro Quintero y Servando Gómez Martínez “La Tuta”, líderes que en su momento encabezaron algunas de las organizaciones más poderosas del país.
Sin embargo, las circunstancias del narcotráfico han cambiado significativamente desde su extradición en 2007. “Las cosas han cambiado muchísimo en México... él ha estado desconectado prácticamente de su organización desde al menos 2007″, señaló Chaparro.
Aunque lleva más de 15 años fuera del operativo directo, la figura de Osiel Cárdenas Guillén sigue siendo un símbolo de una de las épocas más violentas del narcotráfico en México. Ahora enfrenta nuevas acusaciones en territorio mexicano, donde podría recibir una condena de hasta 730 años de prisión, dependiendo de los cargos que se le imputen.
El regreso de este histórico líder plantea interrogantes sobre si su presencia influirá en el panorama actual del crimen organizado o si, por el contrario, su impacto quedará limitado por los años transcurridos y los cambios en la estructura del narcotráfico mexicano.