La fotografía da la posibilidad de conocer más el mundo que nos rodea, ya sea captando estructuras arquitectónicas, animales, paisajes o personas que se convierten en protagonistas, nos aproximan a un episodio impregnado de sentido artístico.
En medio de la monotonía, la imagen de un rincón de México puede servir de recreación, para aliviar la vista y conocer un detalle nuevo que podría servir para lucirse en reuniones.
Esta fotografía nos invita a contemplar sobre la grandeza de la creatividad humana y la belleza de lo que se encuentra en el país. Sin más preámbulos, a continuación está la imagen del día, proporcionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Historia del templo de Santiago Apóstol en Querétaro
Si bien la orden jesuita llegó a la Nueva España en el siglo XVI, fue hasta 1618 que recibieron licencia real para establecerse en Querétaro, una región densamente poblada por otomíes. Este permiso se concretó hasta 1625, año en el que fundaron el colegio de San Ignacio de Loyola que construyeron con su respectivo templo.
Posteriormente, el complejo se amplío con la construcción de otra escuela dedicada a san Francisco Javier. Hacia 1759, el templo de San Ignacio se comenzó a llamar en honor del santo patrono de Querétaro: Santiago, por lo que ahora se le conoce como la parroquia de Santiago Apóstol.
Los secretos de la parroquia
El templo jesuita del siglo XVII alberga uno de los archivos históricos más completos del estado, con documentos que datan desde 1580. Este archivo incluye actas de matrimonio, fe de bautismo y libros, y actualmente se exhiben algunas de estas piezas históricas, destacándose los grandes libros del coro.
En el interior del templo se encuentra una imagen significativa del Apóstol Santiago, patrón de la ciudad, representado en una postura que simboliza el peregrinaje cristiano. Esta figura es uno de los tesoros más importantes que resguarda el templo, construido por los jesuitas en el siglo XVII.
La estructura del templo es notable por su fachada sobria, que incluye una torre en el lado izquierdo. En el centro del atrio, se erige una cruz patriarcal que añade un elemento distintivo al conjunto arquitectónico.
Este templo no solo es un lugar de culto, sino también un guardián de la historia local, ofreciendo a los visitantes una ventana al pasado a través de su archivo y las exhibiciones que presenta. La combinación de su valor religioso y su riqueza histórica lo convierte en un punto de interés tanto para fieles como para historiadores.