El 30 de septiembre de 2023, la periodista mexicana Anabel Hernández se reunió en la ciudad de California con Dámaso López Serrano, alias “El Mini Lic”, exmiembro de alto rango del Cártel de Sinaloa. La reunión, que se prolongó hasta el 2 de octubre, tuvo lugar meses antes de su reciente reaprehensión ocurrida el pasado 12 de diciembre en Virginia, Estados Unidos, misma que dio a conocer el periodista Luis Chaparro.
Durante el encuentro con la periodista de investigación, López Serrano, entonces colaborador del Departamento de Justicia de Estados Unidos, ofreció un testimonio directo sobre su vida, sus operaciones en el cártel y su relación con Los Chapitos, los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
La entrevista, que acumuló más de 24 horas de grabación, reveló detalles del funcionamiento interno del cártel, el ascenso de los “narcojuniors” y el surgimiento del tráfico de fentanilo, la droga sintética que hoy representa un problema de salud pública global.
Pero además, “El Mini Lic” relató su historia personal: una infancia marcada por la influencia de su padre, Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, su entrada al narcotráfico a los 18 años y su ascenso como uno de los líderes más poderosos del Cártel de Sinaloa.
Un encuentro inédito en California
En el último episodio del podcast “Narcosistema”, la también escritora narró cómo fue el primer acercamiento con el capo. La autora de “Los señores del narco” relata que fue a mediados de 2023 cuando “El Mini Lic” buscó establecer comunicación con ella a través de una persona intermediaria cuya identidad no fue revelada, como parte de un acuerdo de confidencialidad.
Anabel Hernández explica que se reunió con el intermediario en la Ciudad de México, donde recibió un mensaje de parte de “El Mini Lic”, un número telefónico y una clave que debía utilizar para identificarse en un sistema de comunicación seguro. Posteriormente, el 15 de agosto de 2023, la periodista envió el primer mensaje a Dámaso López Serrano, iniciando así una serie de conversaciones que llevaron a coordinar el encuentro en California del 30 de septiembre al 2 de octubre de 2023.
Fue así que en una habitación de un hotel de California, la periodista pudo entrevistar cara a cara al exnarcotraficante, quien vestía jeans y una camisa de cuadros de la marca Purificación García. La apariencia juvenil de “El Mini Lic”, de entonces 35 años, habría pasado desapercibida en cualquier calle.
Entre los temas tratados, “El Mini Lic” habló sobre la cruenta guerra interna desatada tras la captura de “El Chapo” Guzmán en 2016, las operaciones del cártel con fentanilo y la corrupción gubernamental en México, la cual describió como un “factor constante” que permite la supervivencia del narcotráfico.
La infancia y el ingreso al narcotráfico
Dámaso López Serrano nació el 23 de noviembre de 1987. A diferencia de otros narcotraficantes, “El Mini Lic” no creció en un ambiente de pobreza ni violencia extrema. Su padre, Dámaso López Núñez, trabajaba como subdirector de seguridad en el penal de Puente Grande, Jalisco, donde conoció a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en 1999. Esa relación fue el inicio de la vinculación familiar con el mundo criminal.
López Serrano relató cómo a los 13 años comenzó a sospechar del trabajo de su padre. Aunque su madre se oponía tajantemente a los negocios ilícitos de “El Licenciado”, Dámaso decidió ingresar al narcotráfico a los 18 años, seducido por la aparente facilidad con la que su padre manejaba grandes cantidades de dinero.
Intentó estudiar para ser piloto, pero abandonó. Más tarde se inscribió en la carrera de comercio internacional, pero solo permaneció unos meses. “Lo veía muy fácil, parecía un trabajo de oficina, pero con mucho dinero”, declaró “El Mini Lic” durante la entrevista.
Al ingresar al Cártel de Sinaloa en 2005, “El Mini Lic” comenzó a ganar poder rápidamente, trabajando codo a codo con su padre. Relató que en sus años en el cártel llegó a liderar a más de 700 personas, incluyendo pilotos, cocineros y sicarios. Su relación con Los Chapitos fue inicialmente de amistad, en especial con Edgar Guzmán López, a quien consideraba su mejor amigo.
La muerte de Edgar, ordenada por Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, desató tensiones internas. Anabel Hernández cuenta que Dámaso López le narró con lágrimas en los ojos cómo él y su padre notificaron la noticia a “El Chapo” Guzmán, describiendo cómo el capo se revolcaba en la tierra de dolor por la pérdida de su hijo.
El declive de los Damaso comenzó tras la captura de “El Chapo” Guzmán en 2016, cuando inició una guerra interna con los Chapitos por el control de la facción del capo. Según “El Mini Lic”, su padre cometió un error al no asesinar a los hijos de Guzmán Loera, lo que les costó la guerra.
El fentanilo y otras revelaciones
Durante su testimonio, López Serrano ofreció detalles sobre el nacimiento de la producción de fentanilo en el Cártel de Sinaloa. En 2014, emisarios del cártel viajaron a China para obtener la fórmula de la droga y un modelo de negocio. Este opiáceo sintético, al ser fácil de producir y altamente rentable, fue adoptado rápidamente por el cártel, con Los Chapitos y el Mayo Zambada a la cabeza.
López Serrano expresó su rechazo a algunas prácticas del cártel, como experimentar con migrantes para perfeccionar las fórmulas de fentanilo y traficar pastillas “M30″, que han causado la muerte de menores de edad en Estados Unidos. Cabe apuntar que su más reciente reaprehensión sería, sin embargo, por el delito de tráfico de fentanilo.
Durante la entrevista, Dámaso López Serrano compartió detalles sobre la presunta complicidad entre el Cártel de Sinaloa y actores políticos en México, entre ellos el expresidente Andrés Manuel López Obrador y su círculo cercano. Según “El Mini Lic”, Los Chapitos, hijos de “El Chapo” Guzmán, financiaron campañas políticas, como la de López Obrador en 2012, a cambio de protección y facilidades operativas. Esta versión fue corroborada posteriormente con otras fuentes de la periodista.
Uno de los ejemplos más llamativos mencionados por López Serrano fue la ostentosa fiesta de 15 años de la hijastra de José Ramón López Beltrán, hijo mayor de López Obrador. La celebración, que tuvo lugar en Culiacán, Sinaloa, fue descrita por medios como “El Sol de Sinaloa” como una “fiesta buchona” por su opulencia. Según el testimonio de “El Mini Lic”, el evento habría sido financiado por José Ángel Canobbio, un cercano socio de Los Chapitos, lo que evidenciaría la influencia del narcotráfico en la vida pública y social de la región.
Además, López Serrano declaró que la administración de López Obrador habría permitido al Cártel de Sinaloa operar en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Afirmó que se autorizaba el aterrizaje de aviones cargados de cocaína provenientes de Sudamérica, facilitando así las operaciones logísticas del cártel en territorio mexicano.
Según Anabel Hernández, las afirmaciones las trató con mucha cautela, contrastando los testimonios con documentos y fuentes independientes, consolidando su investigación sobre los presuntos nexos entre el narcotráfico y los gobiernos federales en México, que se ve reflejada en su libro: “La historia secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa”.