Sin duda alguna, el 2024 fue un punto de inflexión en la vida y trayectoria de Ángela Aguilar. La joven cantante no solo se consolidó como una de las figuras más influyentes de la música mexicana, sino que también protagonizó algunos de los escándalos más sonados del año, especialmente su relación con el cantante Christian Nodal y su posterior boda, lo que la catapultó a ser uno de los nombres más buscados en Internet.
No obstante, más allá de los titulares y las polémicas, la hija menor de Pepe Aguilar ha demostrado una madurez que contrasta con su corta edad, y en una reciente entrevista con la revista Glamour, ofreció una reflexión sobre su vida, sus sacrificios y la niña interior que la guía.
La interprete, quien hace unas semanas fue nombrada “Mujer del Año” por la misma revista, no ocultó los sacrificios que ha tenido que hacer para alcanzar el nivel de éxito que disfruta hoy. La hija de Pepe Aguilar recordó que el camino hacia la fama no ha sido fácil y que, en muchos momentos, ha tenido que elegir entre su carrera y su vida personal.
La cantante explicó que, a menudo, no puede estar presente en los momentos más importantes para sus seres queridos, lo que genera incomprensión entre aquellos que no entienden el ritmo de vida de una artista
Yo soy Ángela Aguilar y soy cantante, yo creo que el sacrificio más grande que he hecho por mi carrera ha sido perderme de mi familia, de mis amigos, perder como relaciones, amistades. Me ha sido muy difícil porque nunca puedes llegar a los momentos importantes, pierdes a muchos amigos durante el camino porque como que no te entienden el estilo de vida.
A pesar de los sacrificios y las presiones, Ángela no pierde de vista su propósito. En su reflexión, habló con ternura y nostalgia de su niñez, cuando soñaba con ser cantante y practicaba horas y horas frente al espejo. Recordó cómo, a veces, se frustraba cuando no lograba que las canciones le salieran como quería, y cómo su papá, Pepe Aguilar, tenía que recordarle que la perseverancia era la clave.
Con mucha tristeza y ternura, o sea yo: ‘ay lo que te falta por vivir mi reina’, la veo también con mucha ilusión cuando se me olvida por lo cual estoy haciendo las cosas, me acuerdo mucho de ella, de cómo practicaba horas, cómo se quedaba afónica de tanto ensayar y se ponía toda frustrada y enojada porque no le salían las canciones y mi papá me tenía que decir que me callara porque se enojaba.