De acuerdo a información de la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) la relación normal entre la altura y la temperatura ambiente es que a mayor altura se comienza a sentir aire más frío. Un ejemplo de esta relación es el clima en zonas como montañas, volcanes y cordilleras donde incluso pueden tener la presencia de nieve todo el año.
Este fenómeno también puede notarse aunque a menor escala en contextos urbanos, donde las corrientes de aire frío chocan en los pisos más altos de los edificios durante las tardes y noches, proceso natural que también ayuda a reducir los niveles de contaminación acumulados durante el día.
Sin embargo, hay algunos días durante el invierno en el que no se registra el proceso natural de enfriamiento del aire dando paso al fenómeno conocido como “inversión térmica” que implica cambios en la calidad del aire.
¿Qué es la inversión térmica?
Según un artículo publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) la inversión térmica es un tipo de característica que adquiere la atmósfera cuando la temperatura del aire, en vez de descender mientras subimos en altura, va ascendiendo cada vez más; esto hace que la densidad del aire dentro de la capa de inversión aumente con la altura, limitando así las corrientes ascendentes que se producen en la atmósfera.
Este fenómeno ocurre cuando el calor que recibe el suelo durante el día se pierde de forma repentina durante la noche, y a su vez las capas de aire cercanas al calor liberado se enfrían más rápido que las capas superiores de aire, lo que provoca que el calor acumulado quede atrapado entre corrientes de aire cercanas al suelo y corrientes superiores a los1000 metros de altura.
“Lo anterior se explica porque existen situaciones orográficas o climáticas que ocasionan que suceda el perfil de la temperatura invertida. En las ciudades, por ejemplo, el pavimento o las construcciones hechas con cemento absorben mucho calor, provocando que por las noches el aire caliente cercano a la superficie, se eleve hasta cierta altura causando la inversión de temperatura”, explicó Ricardo Torres Jardón, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM.
Las inversiones térmicas son más comunes durante las temporadas de otoño e invierno debido a que hay menos horas de Sol y esto evita que el calentamiento de la base de la inversión sea más rápido y efectivo.
Los efectos del fenómeno en la calidad del aire
Normalmente el sol sobre el asfalto provoca corrientes ascendentes de aire que ayudan a la dispersión de los contaminantes emitidos por vehículos y fábricas durante el día, lo que hace que mejore la calidad del aire de la madrugada al amanecer.
En cambio, durante los efectos de la inversión térmica las emisiones tóxicas no se pueden dispersar y se mantienen encapsuladas a baja altura, ocasionando la concentración de contaminantes, que puede generar afectaciones en la salud humana como incrementos en problemas respiratorios o cardiovasculares, especialmente en la población más sensible como niños, adultos mayores y personas con algún tipo de enfermedad de base.
Aunque el fenómeno es difícil de predecir, el Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México se encarga de publicar en sus redes sociales cualquier anomalía detectada con 12 horas de anticipación y brinda consejos a la población dependiendo de la gravedad de la calidad del aire.
Durante una inversión térmica se recomienda no hacer actividades al aire libre y en caso de salir es necesario usar cubrebocas para evitar enfermedades respiratorias debido a la contaminación.