En la conferencia matutina de hoy, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue cuestionada respecto a la nueva Ley de Aguas Nacionales la cual es una de sus promesas de campaña, y la injerencia de la población en la misma.
“Nuestro objetivo es que sean las dos, la Ley General y la Ley Nacional con sus adecuaciones, lo principal que queremos que quede en la Ley Nacional hoy la Ley General, es que éste proceso privatizador y de mercancía que se le dio al agua en la época de -Carlos- Salinas de Gortari se pasó de la Secretaría de Recursos Hidráulicos a la CONAGUA, entonces era una idea de entrar a un proceso privatizador”, reprochó la mandataria al enfatizar la comercialización del recurso hídrico.
Y agregó, “Si a eso le sumamos que no había mucho orden en el registro, entonces se venden o se transfieren derechos como lo decíamos, de agua que se utiliza para riego agrícola a desarrollos inmobiliarios y quien cobra por esa agua es quien tenía de origen la concesión, ya no siembra pero ahora cobra el agua o transferencia de recursos de distritos de riego a municipios o de plano transferencia de uno a otro sin que haya registro”, dijo al explicar el entramado con el cual se negoció el agua dejando de lado la necesidad de la gente.
“Nuestro objetivo es darle la característica al agua como un recurso natural fundamental y el derecho humano al agua como un derecho fundamental del pueblo de México”, externó la jefa del Ejecutivo, y continuó, “Pero además limitar ese proceso de transferencia, el agua es un bien nacional que se concesiona para usos, pero no que pueda estarse mercantilizando de tal manera que al final que incluso el mismo Estado pierda el control”, manifestó.
En realidad es que el Estado recupere el control de un bien nacional y eso es parte de la Cuarta Transformación.
Señaló que tal situación es algo que se ha hablado con empresarios y los distritos de riego con el objetivo de buscar “consenso de tal manera que todos estemos de acuerdo en éste nuevo proceso”, y para ello puso de ejemplo al empresario Eduardo Tricio, dueño de Lala, quien entregó un área ubicada en la zona de Cuatro Ciénegas misma que era explotada para procesos lácteos, la cual cedió al gobierno para su control.
“Lo que queremos es que cada mexicana y mexicano tenga acceso al agua potable, que lo que se utilice en riego se use de manera más eficiente y quien se dedica a la cultura viva bien y quien viva en una comunidad que hoy no tenga acceso al agua hoy pueda tenerlo (...) queremos que quede reflejado en la ley, es un avance muy importante, si lo hacemos por consenso es mucho mejor”, concluyó.