Uno de los antojitos más representativos de la gastronomía mexicana ha encontrado un nuevo y polémico hogar: el Palacio de Hierro. La popular tienda departamental, conocida por sus productos de lujo y exclusividad, ahora ofrece esquites, el tradicional platillo callejero que durante generaciones ha sido parte de la cultura culinaria popular en México a un costo muy arriba del promedio.
El fenómeno fue revelado a través de redes sociales por el usuario Dany Zuco, quien compartió un video que rápidamente se volvió viral. El creador de contenido detalló cómo los esquites son preparados con ingredientes clásicos como mayonesa, queso y chile, aunque con la posibilidad de personalizarlos con opciones como cacahuates, salsas diversas e incluso chapulines, una peculiar adición que ha despertado curiosidad.
Esto lo hizo animarse a adquirir esta pieza culinaria en un lugar denominado como de ‘alto poder adquisitivo’ pese a que se trata de un platillo que es recurrente encontrarlo en las calles de la capital mexicana en puestos callejeros.
¿Por qué generó controversia?
Sin embargo, aunque esta presentación se ofrece a los comensales con toppings diferentes, lo que más llamó la atención fueron los precios. Los esquites en el Palacio de Hierro están disponibles en tres tamaños con los siguientes costos:
- Chicos: 65 pesos
- Medianos: 95 pesos
- Grandes: 145 pesos
Estos precios han generado debate entre los usuarios, quienes los consideran excesivos, especialmente si se comparan con los esquites que comúnmente se encuentran en tianguis y esquinas de calles por una fracción del costo.
Críticas por “gentrificación” y apropiación de la cultura popular
El lanzamiento de los esquites en una tienda departamental de lujo no pasó desapercibido y desató una ola de comentarios en redes sociales. Muchos usuarios acusaron al Palacio de Hierro de apropiarse de un platillo tradicional para venderlo a precios elevados, un fenómeno que algunos han relacionado con la gentrificación gastronómica, donde productos de origen humilde son resignificados como artículos de lujo.
Entre los comentarios más destacados se leyeron críticas sarcásticas como:
- “100 pesos por unos esquites, mínimo espero a que sepan hechos por Jesucristo”.
- “¿Qué sigue? ¿Tortas de tamal en el Zara?”.
- “Son esquites para fresas”.
Además, algunos señalaron que el uso de elote amarillo, característico por su dulzura, en lugar del tradicional maíz blanco, le resta autenticidad al platillo. “Ese elote es dulce, creo que es para turistas”, mencionó un usuario.
¿Estrategia o exceso?
Aunque no es la primera vez que un producto de origen popular se adapta al mercado de lujo, este caso reabre el debate sobre cómo se valora la cultura tradicional en el contexto de las grandes marcas. Mientras algunos consumidores consideran esta oferta una experiencia gourmet innovadora, otros la perciben como una desnaturalización de un antojito que simboliza la identidad y accesibilidad de la comida callejera mexicana.