El retrato que Diego Rivera hizo de Silvia Pinal no solo es una de las obras más reconocidas del pintor mexicano, sino que guarda una historia fascinante sobre la relación entre la actriz y el muralista. La última diva del cine de oro, antes de morir, compartió en entrevistas cómo fue inmortalizada por uno de los máximos exponentes del arte mexicano.
En la década de 1950, gracias a la intervención de su arquitecto, Silvia Pinal tuvo la oportunidad de conocer a Diego Rivera, quien para entonces sin duda ya era una figura consolidada en el mundo del arte. Durante ese encuentro, el pintor accedió a realizarle un retrato que hoy es considerado una de las piezas más valiosas de su vasta obra.
En el pasado Silvia Pinal recordó en una entrevista con Gustavo Adolfo Infante cómo, al ver el resultado del cuadro, quedó impresionada por su belleza. Pero de igual forma, se mostró preocupada por cuánto le costaría tener una obra firmada por el afamado muralista.
Fue entonces que la actriz del cine de oro, con total sinceridad, se acercó con Rivera y le preguntó de forma directa cuánto dinero tendría que pagar por él.
“Mire maestro, yo estoy muy preocupada, porque usted es tan famoso, y el cuadro está divino, pero yo necesito saber cuánto me va a costar”, confesó la actriz.
La respuesta de Diego Rivera fue tan inesperada como generosa: “¿Qué le parece si no le cobro?”, respondió el pintor. Sin embargo, Silvia, deseosa de mostrar su gratitud, insistió en pagar aunque fuera una cantidad simbólica.
Rivera, conocido por su carácter tajante, dejó claro que solo había dos opciones: o no le cobraría nada, o le pediría una suma exorbitante que estuviera totalmente fuera del alcance de la actriz. “O no le cobro, o le cobro muchísimo, usted decide”, le dijo, según los relatos de la actriz.
Ante tal situación, Silvia Pinal no tuvo otra opción que aceptar el regalo, reconociendo y apreciando mucho el valor incalculable que significaba tener una obra de tan reconocido artista.
A día de hoy, el retrato de Silvia Pinal no solo es una joya del arte mexicano, sino también un símbolo de la conexión entre dos figuras icónicas. La actriz confirmó que este cuadro, con un valor estimado de 3 millones de dólares, será heredado a sus hijos, quienes decidirán si finalmente será entregado al Museo Diego Rivera.
“Lo voy a dejar a mis hijos: Alejandra, Luis Enrique y Sylvia, cuando ya no esté”, declaró Pinal, asegurando que el cuadro será parte de su legado familiar.