La piratería de camisetas en conciertos es un fenómeno común en México, especialmente aquellas con diseños alusivos a artistas y eventos. Aunque estos productos son populares por su accesibilidad y precios más bajos, representan una infracción a los derechos de autor y afectan tanto a los artistas como a los organizadores, ya que desvían parte de los ingresos que deberían recibir por la venta de su mercancía oficial. Además, estos productos suelen ser de calidad inferior en comparación con los originales.
Un caso reciente que ha cobrado notoriedad en redes sociales fue protagonizado por la cantante Sofish (@sofishmusic), quien, a través de su cuenta de TikTok, exhibió cómo se encontró con la venta de camisetas piratas de su propia mercancía fuera de un concierto.
En un video que rápidamente se volvió viral, Sofish muestra su decisión de acercarse a la vendedora de camisetas piratas fuera del concierto para comprar una camiseta que llevaba su propio diseño, demostrando un acto irónico al adquirir su propia mercancía sin derechos. La cantante, al notar la venta ilegal, preguntó si le podía hacer un descuento por ser ella misma. “Vamos a ir a comprar y hacer review (…) ¿Le puedo comprar una mediana? (…) Me da descuento por ser Sofish?”, dice en el video.
La vendedora, al reconocer a Sofish, accedió a darle un pequeño descuento, lo que provocó una reacción mixta en los espectadores. Al final del video, Sofish se retiró del lugar agradeciendo el producto, aunque dejando claro el problema de la piratería.
El video rápidamente alcanzó más de 52 mil reproducciones en TikTok, lo que generó una ola de comentarios entre los usuarios. Algunos se sorprendieron al descubrir a Sofish, una artista que se ha presentado con éxito en varios recintos de la Ciudad de México, como el Foro Indie Rocks! y Sangriento, y en su natal Guadalajara. “Un amigo dijo una vez que si hay piratería es porque les está llendo bien”, comentó uno de los usuarios, mientras que otros expresaron su apoyo a la artista: “La primera vez que te veo, no sabía de tu existencia, pero voy a escucharte en fa” y “fue la única que vendió la señora ese día”.
El caso de Sofish pone en evidencia una problemática recurrente en la industria musical y el comercio de productos derivados de conciertos. La venta de mercancía pirata, aunque proporciona acceso a artículos de bajo costo, puede perjudicar seriamente a los artistas independientes y a los organizadores de eventos, ya que las ganancias que deberían destinarse a cubrir costos de producción, promoción y distribución se desvían hacia el mercado ilegal. Además, la calidad inferior de estos productos puede dañar la imagen de los artistas y la experiencia del público.