Ha pasado más de un mes desde que 17 pobladores de la comunidad de Chautipan, perteneciente al municipio de Chilpancingo, Guerrero, fueron privados de su libertad en hechos distintos por presuntos miembros de Los Ardillos.
El pasado 8 de noviembre las autoridades confirmaron la localización de 11 de ellos. Fueron asesinados y sus cuerpos quedaron abandonados en la batea de una camioneta sobre el kilómetro 272 de la Autopista del Sol, al sur de Chilpancingo.
Clara Francisco Cabrera, Flor Cabrera Sánchez, José Enrique Francisco Cabrera, Héctor Santos de la Cruz, Mario Francisco Millán, Inés Morales Lorenzo, Alfonso Francisco Cabrera y los adolescentes, Diego Alonso Francisco Sacristán, Abraham Reyes Cayetano, Ángel Barrera Millán y Raymundo Santos Francisco fueron hallados un par de días después de que el Ejército Mexicano anunciara públicamente que las líneas de investigación apuntaban al grupo criminal de Los Ardillos.
Pese al robusto operativo que presumieron las autoridades estatales y federales, seis víctimas permanecen sin ser encontradas. Se trata de Jaime Cayetano Tolentino (33 años), Joel Morales Tolentino, Javier Barrera Millán, Pedro Ismael Barrera Millán (22 años), Marco Antonio Barrera Millán (31 años) y Leandro Geovanni Francisco Sacristán (14 años).
Los hermanos Pedro Ismael y Marco Antonio desaparecieron el pasado 21 de octubre. Jaime y Leandro Geovanni desaparecieron al día siguiente. Respecto a las fechas y lugares en donde fueron vistos por última vez Joel Morales Tolentino y Javier Barrera Millán, las autoridades no han compartido detalles.
La tarde del 26 de noviembre, autoridades estatales se reunieron con familiares de las seis personas que siguen desaparecidas. Según el breve boletín emitido por la Fiscalía General del Estado (FGE), los funcionarios compartieron algunos avances en la investigación, los cuales no son públicos.
“Se brindó a las familias un informe detallado sobre las acciones realizadas desde el momento en que se recibió la denuncia por desaparición, así como de las operaciones conjuntas vigentes para lograr la pronta localización de las víctimas”, puede leerse en la tarjeta informativa de la corporación.
Las víctimas son parte de una familia ampliamente conocida en la región por sus actividades como comerciantes de trastes. El 21 de octubre, varios de los integrantes viajaban con rumbo a Chilapa cuando sus seres cercanos dejaron de tener comunicación con ellos.
Al notar la ausencia de sus familiares, varias personas se dirigieron a la misma zona con la intención de buscarlos, pero fueron privadas de su libertad por el mismo grupo criminal.