Lo que en principio pudiera ser un “simple e insignificante” dolor de cabeza en realidad puede ser el detonante de algo más grave que de no atenderse a tiempo genera lesiones devastadoras a nivel físico y mental.

Un infarto cerebral no es algo que se solucione con aspirinas, se trata de una situación preocupante que deja secuelas severas, por tal motivo es necesario tomar con seriedad cuando alguien manifiesta dolor de cabeza porque podría ser la primera advertencia de lo que se viene.

Cuando el flujo sanguíneo del cerebro se interrumpe por un coágulo que bloquea una arteria o por las estreches de las mismas por acumulación de placa (grasa, colesterol), se dice coloquialmente que ocurre un infarto cerebral maligno, a nivel médico es conocido como un Accidente Cerebrovascular (ACV), que de inmediato libera líquido cerebral -edema- lo cual incrementa la presión craneal, lo que incrementa la gravedad para tratarse.

Ante una situación de éste tipo la intervención médica es crucial para la supervivencia y evitar con ello repercusiones más severas y las secuelas que pueda dejar a largo plazo. No obstante, éste tipo de acontecimientos por lo general manifiestan señales o advertencias previas que ayudan a identificarlo y actuar a tiempo.

En cuanto se detecte alguno de los siguientes avisos, lo mejor es intervenir y ayudar oportunamente a quien las manifieste, es uno de los eventos más terribles que puede sufrir una persona, en el cual quedan comprometidas su capacidad mental, de movilidad, comunicación, de ver, de sentir, incluso de morir; por cada minuto de un infarto cerebral se pierden cerca de 2 millones de neuronas.

• Dolor de cabeza intenso. Quizá el principal, más no el único. Se manifiesta de manera repentina y conforme pasa el tiempo es más intenso; empeora al cambiar de posición.
• Confusión o pérdida de memoria. La escases de oxígeno se manifiesta con la desorientación, confusión o el no recordar acontecimientos recientes.
• Problemas de visión. Cuando se pierda la visión, que la visión sea doble o pérdida parcial se produce ante la falta del flujo sanguíneo.
• Dificultad para leer o escribir. Al intentar leer o escribir o ante la pérdida de la capacidad de expresarse de manera adecuada.
• Entumecimiento. La pérdida de sensibilidad o debilidad de un lado del cuerpo o el hormigueo hasta una parálisis completa es una causa de alarma.
• Cambios de humor. Cambios repentinos de humor que muestren irritabilidad, ansiedad o depresión, pueden ser reflejo de que un edema cerebral está afectando zonas emocionales del cerebro.

Estos factores incrementan las posibilidades de padecer un episodio, por lo que se recomienda realizar una o más acciones previas para poder revertirlo:

— Descontrol de la presión arterial.

— Colesterol alto.

— Altos niveles de glucemia.

— Poca o nula actividad física.

— Consumo de alcohol y tabaco.