Bajo la avenida Chapultepec en la Ciudad de México arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrieron vestigios prehispánicos mientras supervisaban las obras para un paso a desnivel cerca de la estación Chapultepec de la Línea 1 del Metro.
La nueva excavación reveló un muelle y un canal que datan de la época prehispánica, es decir, era parte de las vías de comunicación de Tenochtitlan.
Según el INAH, el canal, que se encuentra a dos metros de profundidad, formaba parte de una península al pie del cerro del Chapulín.
La arqueóloga María de Lourdes López Camacho, quien lidera el proyecto, explicó que el canal, flanqueado por una capa de arena, se encuentra en buen estado de conservación bajo el arroyo vehicular de la avenida Chapultepec, cerca de la calle Lieja.
Este canal, que aparece en el Mapa de Uppsala de alrededor de 1550, habría sido un “camino de agua” principal, permitiendo el tránsito de canoas hacia el lago de Texcoco.
El descubrimiento también incluye restos de una unidad habitacional del periodo Posclásico Tardío (1200-1521 d.C.), ubicada en el antiguo predio de la Secretaría de Salud. Esta vivienda estaba alineada con el canal, lo que sugiere la existencia de un camino que conectaba a los habitantes con esta vía acuática.
La directora del proyecto, Liliana Márquez Escoto, destacó que la exploración ha revelado un espacio de 2.50 metros de ancho por 4 de largo, donde se observan el fondo del canal y las arenas de la playa.
Además, se han identificado 40 pilotes de madera en el posible muelle, lo que indica un acceso consolidado a esta estructura.
Los análisis realizados por la doctora Aurora Montúfar López han determinado que algunas estacas del canal son de abeto u oyamel. Las muestras de madera del muelle, con alturas entre 40 y 137 centímetros, están siendo enviadas a la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico (SLAA) del INAH para su estudio.
En el centro de la exploración se halló una concentración de restos botánicos, como semillas y maderas, que sugieren que la dieta de los habitantes prehispánicos incluía quelites, calabaza y jitomate.
La restauradora Norma García Huerta trabaja en la recuperación de piezas cerámicas, entre las que destacan sahumadores y vasijas con símbolos solares, posiblemente ofrendadas al cuerpo de agua.
Finalmente, se han encontrado piezas del periodo Colonial Temprano (1521-1620 d.C.), como una macuquina y loza de vidriado verde, que reflejan la continuidad de la ocupación del área a lo largo de los siglos.
Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre la historia y transformación del entorno urbano de la Ciudad de México desde tiempos prehispánicos hasta la actualidad.