Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destacó que la Cuarta Transformación (4T) es un bloque histórico en México como un movimiento que busca la reconciliación social a través de la paz, la democracia y la justicia.
“A 114 años de la Revolución Mexicana, la 4T continúa persiguiendo casi los mismos anhelos que las transformaciones anteriores, principalmente el que atañe al principio enarbolado por el generalísimo José María Morelos y Pavón: moderar la opulencia y la indigencia”, dijo el antropólogo durante el coloquio internacional “Los retos del segundo piso. La transformación política mexicana en el contexto global”.
La polarización, explicó, siempre ha existido y en una transformación social se observa una lucha entre quienes defienden el status quo y quienes buscan alternativas, como la reconciliación propuesta por la 4T, sin ceder el poder.
Prieto Hernández destacó la necesidad de enfrentar la reacción en democracia, lo que implica reformas constitucionales y judiciales complejas, así como procesos de participación social. En este contexto, la 4T podría reconciliar los ideales de Emiliano Zapata y Francisco I. Madero: justicia social y democracia, mediante un nuevo sentido común que permita construir un bloque hegemónico afín.
Prieto Hernández enfatizó que el verdadero contrapeso en el país es el pueblo organizado, y que el poder popular es esencial para mantener los avances logrados.
El antropólogo también señaló que uno de los mayores desafíos será diseñar un plan para la conciliación de las diferentes facciones del país, con el fin de alcanzar el bienestar común.
El humanismo, basado en los valores de las culturas originarias, como la comunalidad y la reciprocidad, es una herramienta clave para alcanzar estos objetivos. Para evitar que esta transformación se convierta en una revolución interrumpida, es crucial combatir la corrupción y el individualismo.
Karla Valverde Viesca, politóloga de la UNAM, resaltó la importancia de la acción social a través de herramientas de participación ciudadana, esenciales para la cohesión social y el fortalecimiento de la democracia.
En tanto, el historiador Enrique Semo Calev ofreció un contexto histórico de las reformas nacionales modernas, mientras que Ernesto Villanueva, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, analizó los puntos clave de la reforma judicial, destacando el reto de convencer a la ciudadanía sobre su legitimidad.
Por su parte, Francisco Abundis Luna, investigador de la Universidad de Oxford, mencionó que la última votación presidencial superó expectativas con una participación ciudadana del 60 por ciento.