En la década de los 80, en pleno auge de las transmisiones deportivas y la cultura del entretenimiento en México, surgió un ícono que, con una simple frase y una presencia carismática, logró trascender generaciones: Mar Castro, conocida popularmente como La Chiquitibum. Su imagen se convirtió en un fenómeno mediático y cultural que encapsuló el espíritu del Mundial de Fútbol de 1986 y marcó un antes y un después en la publicidad mexicana.
Para ese año, nuestro país era el único en el mundo en haber albergado dos Copas del Mundo en la historia (récord que volverá a romper en la edición compartida con Canadá y EUA en 2026), pero que gracias a la exposición mediática logró consagrarse como una de las mejores competencias pues nos regaló el campeonato de Argentina junto la ‘Mano de Dios’ de Diego Armando Maradona.
Debido al impacto futbolístico, publicitario y cultural, esta edición del 86 aún es recordada por internautas quienes hicieron viral su imagen pues la nuevas generaciones desconocen el origen de la joven y los más grandes se han dado a la tarea de recordar a la famosa chica a dos años del siguiente Mundial.
¿Quién fue Mar Castro?
Originaria de Monterrey, Nuevo León, era una joven modelo que, sin proponérselo, se convirtió en un referente de la cultura pop de los años 80 en México. Su fama surgió gracias a un comercial de cerveza protagonizado por ella durante el Mundial de Fútbol de 1986, celebrado en el país. El anuncio, producido para la marca Carta Blanca, presentaba a Castro en un ambiente festivo mientras cantaba la pegajosa porra “Chiquitibum a la bim bom ba” junto a un grupo de aficionados.
Con un vestido corto y ajustado a rayas, Mar Castro proyectó una imagen fresca, sensual y enérgica, que rápidamente capturó la atención del público. La combinación de su carisma y la inmediatez de los medios masivos hicieron que la frase “Chiquitibum” se convirtiera en un grito de guerra durante el torneo y en una expresión popular que trascendió los terrenos futbolísticos.
Su impacto en México
El fenómeno de “La Chiquitibum” no solo ayudó a consolidar la marca de cerveza que representaba, sino que también reflejó la capacidad de la publicidad para generar íconos culturales. Durante el Mundial de 1986, la figura de Mar Castro fue omnipresente en televisión, prensa y eventos promocionales, convirtiéndose en un símbolo de alegría, apoyo a la selección mexicana y celebración nacional.
Más allá de su rol en la publicidad, Castro también abrió camino para una nueva era en la industria del modelaje y el entretenimiento en México. Su éxito como figura mediática inspiró a otras mujeres jóvenes a incursionar en el mundo de la publicidad y la televisión, marcando un hito en la forma en que se representaba la figura femenina en los medios de comunicación del país.
El legado de “La Chiquitibum”
A pesar de que Mar Castro decidió alejarse de los reflectores poco tiempo después de alcanzar la fama, su impacto perdura. Su participación en aquel comercial no solo se recuerda como un momento icónico del Mundial de 1986, sino como un ejemplo del poder de la publicidad para definir momentos históricos y culturales.
En la actualidad, su historia sigue siendo recordada con nostalgia, especialmente entre quienes vivieron esa época de gloria futbolística en México. Aunque su aparición fue breve, La Chiquitibum se mantiene como un símbolo de entusiasmo, fiesta y unión nacional, una figura que encapsula la pasión por el deporte y la cultura festiva mexicana.