Cuál es el origen de la ‘ley fuga’, método de ejecución que implementa el crimen organizado en México

Una práctica que data desde el porfiriato, según algunos trabajos literarios

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El primer cadáver fue reportado antes del amanecer. (Especial | Archivo)
El primer cadáver fue reportado antes del amanecer. (Especial | Archivo)

En los últimos meses, los enfrentamientos entre grupos criminales han sido más recurrentes. Un ejemplo de ello es la violencia que azota Sinaloa, donde dos facciones del extinto Cártel de Sinaloa disputan el control del territorio. Algunos de los miembros de los grupos antagónicos han sido privados de su libertad y, en horas o días, aparecen muertos, abandonados en vialidades principales de la región.

Al respecto, se ha hecho referencia a la “ley fuga”, un método de ejecución que tiene sus orígenes hace años, durante el gobierno del expresidente Porfirio Díaz. Se trata de una forma despiadada de arrebatarle la vida a una persona que pudo haber sido detenida y, bajo una falsa promesa, se le arrebata la vida.

Esta táctica data desde el porfiriato (1876-1911), cuando las autoridades abusaban de su poder y cometían ejecuciones extrajudiciales. Bajo la excusa de que se le pondría en libertad, se le cambiaría de domicilio o se realizaría alguna diligencia, una persona detenida era obligada a salir de su celda. Durante el transcurso del viaje, el reo era liberado y se le indicaba que corriera. Sin embargo, una vez comenzaba la marcha, los custodios le disparaban a mansalva, según Manuel de la Parra, en un texto publicado en El Informador, titulado “Cuando la ley fuga era un recurso”.

Esta forma de ejecución fue apodada de este modo después de que se popularizara la justificación de los custodios, pues, si alguien presenciaba los hechos y se les exigía una explicación sobre el deceso, hacían un reporte en el que se declaraba que el preso había intentado huir, de acuerdo con el libro México Bravo, de John Kenneth, citado por José Luis Soberanes Fernández en el artículo La “ley fuga” en el porfiriato, publicado en la revista de colaboración jurídica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En agosto de este año, civiles armados aplicaron esta “ley” contra un joven estadounidense que presuntamente había sido privado de su libertad. Los hechos ocurrieron en Guasave, Sinaloa, en la carretera internacional México 15 libre.

De acuerdo con el medio Los Noticieristas, el joven, originario de Texas, declaró a las autoridades que había sido privado de la libertad y había estado retenido en una casa. Al mediodía, lo habían trasladado hasta la salida norte del estado, donde lo dejaron en libertad, pero al mismo tiempo le dispararon para intentar privarlo de la vida. Afortunadamente, solo resultó lesionado y fue atendido por los cuerpos de emergencia.

Aunque esta práctica no es exclusiva de los narcotraficantes o grupos delictivos, en 2008, en Oaxaca, se reportó la detención de cinco oficiales adscritos a la Policía Preventiva del estado, a quienes se les acusó de haber accionado sus armas de fuego contra una camioneta en la que viajaban un grupo de jóvenes. Dos de ellos resultaron muertos y los otros dos heridos.

En algunos casos, los miembros de grupos criminales utilizan esta modalidad de ejecución contra sus adversarios después de haber obtenido información y tras haberles prometido la libertad con tal de que cooperen.

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