Cómo logró Hernán Cortés recuperar parte del tesoro de Moctezuma, perdido tras la noche triste

Al tratar de huir por la calzada de Tlacopan, los españoles fueron atacados por los aztecas bajo el mando de Cuitláhuac

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Hernán Cortés enfrentaba una crisis
Hernán Cortés enfrentaba una crisis económica tras la Conquista de Tenochtitlan en 1521, por lo que recurrió a métodos extremos. (Jovani Pérez/ Infobae)

Una de las estrategias del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin para detener el avance de Hernán Cortés y su ejército fue enviarle regalos, pensando que así saciaría el interés por tributos, sin embargo, las piezas de oro que incluían esas “ofrendas de paz” despertaron aún más el interés del conquistador español por llegar a Tenochtitlan.

Una vez instalados en el Palacio de Axayácatl, los españoles fueron acumulando objetos de oro y otros bienes. Tras la muerte de Moctezuma se originó el levantamiento de los mexicas, dando lugar a la llamada Noche Triste, el 30 de junio de 1520, en la cual Hernán Cortés y sus soldados trataron escapar de Tenochtitlán con gran parte del tesoro saqueado al tlatoani.

Pero al tratar de atravesar la calzada de Tlacopan (actualmente México-Tacuba) fueron atacados por los aztecas bajo el mando de Cuitláhuac, el nuevo tlatoani.

En medio del caos, algunos de los soldados españoles e indígenas aliados murieron, o cayeron al agua con el oro y las joyas que transportaban, perdiendo así gran parte del tesoro que Cortés trataba de sacar de la ciudad.

Hernán Cortés estaba desesperado por recuperar el oro de Moctezuma

Con la caída de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521, una de las primeras acciones de Hernán Cortés fue hacer un inventario del tesoro para tratar de recuperarlo, pues según la arqueóloga Patricia Ledesma Bouchan, el conquistador y sus soldados estaban en la ruina, ansiosos por recuperar el oro perdido durante la noche triste.

El Penacho de Moctezuma, un
El Penacho de Moctezuma, un tocado precolombino de oro y plumas de quetzal que perteneció al tlatoani azteca sigue expuesto en el Museo Antropológico de Viena. EFE/Archivo

La presión económica era intensa, ya que Cortés había invertido gran parte de su fortuna personal para financiar la expedición, pero además, cada soldado debía costear su propio armamento, incluso recurriendo a deudas.

La búsqueda del tesoro perdido llevó a Cortés a interrogar al entonces tlatoani Cuauhtémoc, quien le aseguró que el oro ya no existía. Ante la presión de los españoles, el joven guerrero azteca pudo reunir y entregar una pequeña cantidad,

No obstante, no fue suficiente para satisfacer las expectativas de Cortés, lo que generó tensiones y rumores entre los soldados, descontentos con la distribución del botín.

La situación escaló hasta que el ballestero Juan Alderete, actuando como tesorero del Rey, sugirió torturar a Cuauhtémoc para obtener más información.

Cuauhtémoc y su ejército intentaron
Cuauhtémoc y su ejército intentaron librar una batalla naval para recuperar Xochimilco. (@relatandohisto1)

La tortura aplicada a Cuauhtémoc, conocida como la quema de pies, era una práctica antigua utilizada por la Inquisición desde la Edad Media y recuperada por la Inquisición española en América, explicó Ledesma.

Este método extremadamente doloroso obedeció a la desesperación de los conquistadores por recuperar el tesoro de Moctezuma. La falta de un botín adecuado exacerbó las tensiones y la violencia entre las filas de Cortés, quienes esperaban recompensas por su participación en la conquista del nuevo continente.

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