La reciente masacre en el bar “Los Cantaritos” en Querétaro, en la que murieron al menos 10 personas, ha revelado la creciente presencia de grupos del crimen organizado en un estado que por mucho tiempo ha mantenido una narrativa de seguridad y relativa paz.
Sin embargo, el periodista Óscar Balderas señala que en realidad desde hace años los estados de Querétaro y Yucatán, que han sido considerados como “burbujas” de seguridad en México, han sido en realidad bombas de tiempo.
En entrevista para Fórmula Noticias, el periodista especializado en seguridad y crimen organizado, afirma que hay al menos cinco grupos criminales que operan en el estado, incluyendo el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL), así como escisiones de los Caballeros Templarios, los Beltrán Leyva y el Cártel del Golfo.
Estos grupos se disputan mercados como el robo de combustible, también conocido como huachicol; la extorsión y la distribución de drogas, en particular de cristal, una poderosa droga anfetamínica.
Sin embargo, a decir de Óscar Balderas hubo indicios de que Querétaro estaba comenzado a enfrentar una ola de inseguridad que por mucho tiempo pasó desapercibida hasta el pasado fin de semana.
¿Cuáles fueron los focos rojos?
En otra entrevista con Luis Cárdenas, en MVS, Óscar Balderas también abordó el tema de Querétaro y aseveró que “siempre hay señales que indican que se está pudriendo el asunto”, en referencia a que un estado comienza a “contaminarse” de la violencia de entidades cercanas, en este caso Guanajuato.
El investigador señaló que hay al menos dos grandes indicadores: primero el tema de los desaparecidos; segundo, el robo de vehículos.
El periodista indicó que los datos oficiales y colectivos de búsqueda de desaparecidos han documentado un alarmante aumento en la violencia y el número de personas desaparecidas en Querétaro durante los últimos seis años.
El periodista criticó que la prensa tampoco puso el ojo en la entidad por poner mayor énfasis en estados como Guerrero, Michoacán, Jalisco, pensando que lo que pasaba en Querétaro no era tan importante o eran hechos aislados, sin embargo, según cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, Querétaro presenta tasas de desaparición particularmente elevadas en su capital, lo que refleja una crisis de seguridad subestimada.
“Eso indica que algo muy raro está pasando”, comentó.
Asimismo, Balderas precisó que otro indicador para medir la violencia es el robo de vehículos. Explicó que justamente en este vehículo hay una cifra negra muy baja en cuanto a denuncias presentadas ante las autoridades, en parte por el seguro y los malos manejos que podrían hacerse de la unidad.
“Gracias a eso es que justamente es un gran indicador de medición. Cuando comienzan a subir los robos de vehículos es porque generalmente dos o tres meses después va a haber una crisis de extorsión y secuestro porque esos son los coches que usa el crimen organizado para perpetrar los actos”, indicó.
Recordó que el vehículo usado en la masacre en el bar “Los Cantaritos” justamente tenía una placa con reporte de robo.
Agregó que actualmente, Querétaro tiene un alto índice de robo de vehículos y motocicletas.
Querétaro puede ‘Guanajuatizarse’
Querétaro forma parte del llamado “Triángulo de las Bermudas” de México, junto con Puebla y Guanajuato, en donde se concentra una gran cantidad de ductos de Pemex que no están supervisados.
“Son tantos los ductos que la fuerza del Ejército y la Guardia Nacional no te permiten tener una supervisión del 100%”, alertó Balderas, y agregó que los grupos criminales comienzan a buscar nuevas rutas tras haber hecho una sobreexplotación en Guanajuato ante unas laxas medidas de seguridad en Querétaro.
Esto, a decir del comunicador, ha hecho que el Cártel de Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación hayan movido su pugna hacia el estado vecino, sumado a otras dos peleas: la de la extorsión y la venta de cristal, una metanfetamina.
Ante estos factores, el periodista alertó que es muy probable que se esté en un escenario en donde “Querétaro puede Guanajuatizarse”.