El pasado 8 de noviembre, Camila Sodi reportó el sensible fallecimiento de su madre, la periodista Ernestina Sodi a los 64 años de edad. Tras 22 días en terapia intensiva luchando por su vida, la hermana de Thalia y Laura Zapata murió en la Ciudad de México generando todo tipo de reacciones entre la comunidad artística y periodística.
Aunque los reportes médicos que tanto la protagonista de Rubí como la cantante pop habían hecho públicos adelantaba un sensible pronóstico poco alentador, Infobae México compartió el pasado 30 de octubre que la familia de la escritora ya había tomado la decisión de firmar la Voluntad Anticipada de Ernestina Sodi.
Esta información, que también fue confirmada por el periodista Gustavo Adolfo Infante, ha generado gran expectativa entre los fans de la famosa dinastía mexicana, pues aunque el término se convirtió en ley en la Ciudad de México desde enero del año 2008, muchos no están relacionado con el derecho a una ‘muerte digna’.
Ley de Voluntad Anticipada: el derecho a una muerte digna
Ciudad de México fue pionera en la implementación de la Ley de Voluntad Anticipada en enero de 2008, permitiendo a los pacientes terminales decidir sobre la continuación de tratamientos médicos que prolonguen su vida de manera artificial. Desde entonces, esta legislación ha sido adoptada por 14 estados de la República Mexicana, de acuerdo al Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM).
La Ley de Voluntad Anticipada otorga a los pacientes el derecho a decidir si desean someterse a tratamientos médicos que prolonguen su vida cuando se encuentran en una etapa terminal y no es posible mantenerla de forma natural. Esta normativa busca proteger la dignidad de la persona y promover los cuidados paliativos al final de la vida, evitando intervenciones médicas innecesarias.
Desde su aprobación, más de 10 mil personas han firmado el documento de voluntad anticipada en las entidades donde es legal. Los estados que han adoptado esta regulación incluyen Coahuila, Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero, Nayarit, Estado de México, Colima, Oaxaca, Yucatán y Tlaxcala. Sin embargo, en el resto del país, esta práctica aún no es legal.
La legislación establece que la voluntad anticipada no busca ni prolongar ni acortar la vida, sino respetar el momento natural de la muerte. Además, fomenta la atención y el acompañamiento al paciente sin intervención médica durante la última etapa de su vida.
En la Ciudad de México, las mujeres, los solteros y las personas mayores son quienes más han mostrado interés en firmar este documento, buscando asegurar una muerte digna en caso de padecer una enfermedad terminal. Esta tendencia refleja una creciente conciencia sobre el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y el final de la vida.
El INAPAM destaca la importancia de esta ley como un avance en los derechos de los pacientes terminales, permitiéndoles tener un mayor control sobre su tratamiento médico y su calidad de vida en sus últimos días. La implementación de esta ley en más estados podría ofrecer a un mayor número de personas la posibilidad de decidir sobre su propio destino en situaciones críticas de salud.