El Proyecto de Búsqueda Guanajuato denunció la desaparición de dos de sus integrantes, Luz Alejandra Lara Cárdenas y Óscar Iván Jiménez Torres, quienes fueron vistos por última vez el pasado 5 de noviembre en el municipio de Apaseo el Grande, Guanajuato. La desaparición de estos activistas ha generado gran preocupación y ha movilizado a distintas organizaciones, tanto nacionales como internacionales, como la propia ONU, a exigir una búsqueda inmediata y exhaustiva por parte de las autoridades locales.
La Fiscalía General de Guanajuato emitió las fichas de búsqueda para dar con el paradero de la joven pareja quienes, junto con el colectivo Proyecto de Búsqueda Guanajuato, dedicaban su vida a la búsqueda de personas desaparecidas en el estado.
La pareja se encontraba buscando a Jesús Abel Jiménez Torres, hermano de Óscar Iván, quien desapareció el 21 de mayo de 2017. Este hecho hace que la desaparición de Óscar Iván resulte aún más trágica, ya que su madre, Blanca Patricia, enfrenta ahora la pérdida de otro hijo y de su nuera en circunstancias desconocidas.
Instituciones internacionales intervienen en el caso
La presión internacional y el llamado de la ONU a las autoridades de Guanajuato para intensificar los esfuerzos de búsqueda ponen en evidencia la gravedad del problema de las desapariciones en el país. Colectivos y organismos de derechos humanos esperan que la intervención de la ONU impulse una respuesta inmediata de la Fiscalía y que se lleve a cabo una búsqueda eficiente, acompañada de una investigación que permita esclarecer las circunstancias de la desaparición de Luz Alejandra y Óscar Iván.
La Oficina en México del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos emitió un pronunciamiento urgente, instando a las autoridades de Guanajuato a coordinar esfuerzos efectivos de búsqueda y a garantizar la participación de los familiares de los desaparecidos en el proceso. “Instamos a las autoridades de investigación y búsqueda estatales a coordinar esfuerzos para localizarles y esclarecer los hechos, respetando el derecho de participación de familiares y actores interesados, en conformidad con los Principios Rectores para la Búsqueda de Personas del #CED”, indicó la organización en su cuenta de X (antes Twitter).
Descripción de los desaparecidos
Según las fichas de búsqueda de la Fiscalía General de Guanajuato, Óscar Iván Jiménez Torres, de 29 años, es de complexión robusta, piel morena, ojos café oscuro y cabello negro corto y quebrado. Mide 1.70 metros y el día de su desaparición vestía un pantalón de mezclilla negro y tenis Nike rojos con blanco. Como señas particulares, Óscar Iván tiene tres cicatrices en la muñeca izquierda debido a una operación, un tatuaje con el logo de Playboy en el pie derecho, y una leyenda en inglés en el pecho.
Por su parte, Luz Alejandra Lara Cárdenas, de 26 años, es de complexión robusta, piel clara, ojos café claro y cabello castaño. Mide 1.69 metros y vestía un pantalón de mezclilla azul, una blusa blanca y sandalias blancas el día de su desaparición. Entre sus señas particulares se encuentra un tatuaje en la mano con un corazón y la palabra “family” en el tobillo derecho, además de un dibujo de un conejo con sombrero y cigarro y el nombre “Naomi” en el tobillo izquierdo.
Una labor de riesgo
La desaparición de activistas y familiares de personas desaparecidas es un problema creciente en México, y Guanajuato ha sido uno de los estados con mayor incidencia en este tipo de casos. La labor de los colectivos de búsqueda es compleja y peligrosa, pues implica enfrentar contextos violentos y falta de colaboración de algunas autoridades. Los buscadores, además de vivir el duelo de tener familiares desaparecidos, enfrentan riesgos diarios al investigar y adentrarse en zonas conflictivas para encontrar a sus seres queridos.
Blanca Patricia, madre de Óscar Iván y Jesús Abel, es una madre buscadora que ahora vive el dolor de tener a dos hijos y a una nuera desaparecidos. Ella y el colectivo Proyecto de Búsqueda Guanajuato exigen justicia y respuestas para encontrar a Luz Alejandra y Óscar Iván con vida. La historia de esta familia es reflejo de una realidad dolorosa y cada vez más común en México, donde la desaparición de personas se ha vuelto un problema persistente y desgarrador.