Los fragmentos más aterradores del libro de Ernestina Sodi donde narra su secuestro: “El infinito tiene fin”

La escritora y periodista mexicana falleció este viernes 8 de noviembre, según informó su hija Camila Sodi

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La reciente muerte de Ernestina Sodi, escritora y periodista mexicana, ha recordado al público su impactante obra Líbranos del mal (2006), en la que narró con crudeza el secuestro que vivió en 2002 junto a su hermana, la actriz Laura Zapata.

Este evento no solo marcó un antes y después en la vida de ambas, sino que también fracturó irremediablemente su relación. En el libro, Sodi deja entrever sus sospechas de que Zapata pudo haber planeado el secuestro, un planteamiento que causó una gran controversia y distanciamiento familiar.

La noche del 22 de septiembre de 2002, Sodi y Zapata fueron interceptadas al salir del Teatro San Rafael de la Ciudad de México, donde Laura se presentaba en la obra La casa de Bernarda Alba. Líbranos del mal comienza con un tono sombrío, en el que Sodi relata cómo eligió el atuendo con el que “sin saberlo, sería secuestrada”.

“¿Nos resulta muy difícil escoger qué usamos en el día? Pues yo elijo la ropa con la que me secuestrarán, ¿Cuánta gente escoge la ropa con la que va a morir?, Nunca sabemos si con ese vestido verde o con esos zapatos rojos la muerte nos sorprenderá en un accidente, un infarto o en un secuestro. A mí el secuestro me sorprende muy bien arregladita, con un traje sastre negro, botas largas y una bolsa llena de cosas que nunca utilizo”, escribe, en una frase que resume el golpe de realidad que enfrentó esa noche.
Foto: Cuartoscuro.
Foto: Cuartoscuro.

La escritora narra que después de salir del teatro y no tener tiempo de decidir si ir con sus amigos o con su hermana, fue esta última quien insistió en llevarla. En su relato, describe cómo fueron interceptadas por camionetas blancas y hombres armados que las amenazaron brutalmente. Uno de ellos, vestido de negro, rompió la ventana del coche con un martillo mientras apuntaba con una pistola a la cabeza de las hermanas.

“Siento mi respiración cortada por el miedo... El aire me recuerda que debo respirar para que mi vida se mantenga... La adrenalina me invade el cuerpo con una sensación de adormecimiento y de calor. Me siento como si hubiera tomado alguna droga, mi corazón se acelera, parece que desea salirse del cuerpo. La respiración es cada vez y más pesada, como si fuera a detenerse y con esto los acontecimientos pudieran quedar suspendidos, esto es el miedo, el miedo de verdad, ¡tengo miedo!, me digo y me repito sabiendo que el miedo es una agitación por la perspectiva de un mal futuro que puede causar muerte o dolor”, escribe Sodi, capturando con detalle su pánico en ese momento.

Durante los días que pasaron en cautiverio, Ernestina vivió lo que describe como “la agitación por la perspectiva de un mal futuro que puede causar muerte o dolor”. En su obra, recuerda los intensos momentos de angustia que sufrió su familia, incluyendo a su hija mayor, Camila Sodi, quien en ese entonces era solo una adolescente.

“Mi hija nota algo raro y pregunta por mí... Ella se pone como loca y se pone a rasguñarse los brazos y a gritar: ‘¡Mamita, no, mamita, no! La noticia la deja totalmente fuera de sí, tanto, que consideran inyectarle un calmante.’”, relata Ernestina sobre el momento en que su hija recibió la noticia del secuestro.

En su obra, Sodi también describe cómo su hermana Laura fue liberada antes que ella, luego de diez días de cautiverio, para que ayudara a conseguir el dinero del rescate. Esta decisión desencadenó una serie de sospechas y tensiones que erosionaron la relación entre ambas. Líbranos del mal sugiere que Sodi creyó que Zapata podría haber tenido algún papel en el secuestro, posiblemente motivado por intereses económicos.

Otro fragmento impactante lleva al lector a sentir pena por ella, pero sobre todo a entender cómo se siente ese miedo a morir. Ese temor irremediable a la muerte, un momento que parece estar a la vuelta de la esquina.

“Tengo miedo de morir, están armados. Me han puesto una pistola en la cabeza en el momento de la caza. ´Esto no me puede estar pasando’, me digo porque es como una película absurda, ´Ernestina´, me digo de nuevo, ´no hables, no llores, no digas nada, tranquila, todo está bien, tranquila, el infinito tiene fin”, dice en el libro.

La partida de Ernestina Sodi deja un hueco en la literatura y el periodismo en México, y ha traído nuevamente al presente los complejos recuerdos de su experiencia de secuestro, una de las más traumáticas y controversiales en la vida pública del país.

La escritora deja un legado marcado por la honestidad y el dolor, abriendo una ventana a las vivencias de quienes han sufrido la violencia, dejando un testimonio profundo y, sobre todo, humano de sus vivencias en uno de los momentos más oscuros de su vida.

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