La guerra entre Los Chapitos y La Mayiza ya dejó más de 300 homicidios dolosos en Sinaloa; el estado ocupa ya el segundo lugar nacional en violencia homicida; hay más de 300 reportes de personas desaparecidas; y algunos lugares parecen pueblos fantasma por que sus habitantes huyeron o simplemente no quieren salir a las calles.
La ciudad de Culiacán, epicentro de la violencia y centro de operaciones de Los Chapitos fue el primer pueblo fantasma. Muchos comerciantes decidieron cerrar sus negocios apenas cae la noche para no ser “víctimas colaterales” -como las llamaba Felipe Calderón- de una balacera entre bandos rivales.
El mes pasado los locatarios de una plaza comercial sacaron todas sus cosas y bajaron las cortinas luego de recibir una amenaza: iban a quemar los comercios porque el lugar era de Los Mayos.
Chirimoyos es un pueblo que se ubica en la Sierra de la Concordia. En 2017 sus habitantes huyeron por temor a la violencia que azotó a la región; ya comenzaban a asentarse cuando la guerra entre Chapitos y Mayiza volvió a provocar desplazamientos forzados.
Familias enteras tomaron sus pertenencias -las más importantes- y huyeron, la razón, la presencia de grupos armados que llegaron hasta sus hogares y los amenazaron: “Si para el mediodía sigues aquí, vamos a venir por ti”.
Más de 9 mil familias obligadas a huir
Otros poblados como La Petaca, Santa Lucía, El Palmito y Potrerillos también han sufrido éxodos de sus pobladores.
En el Palmito al menos 180 personas dejaron atrás sus hogares y huyeron escoltados por personal de la Sedena, Guardia Nacional y de la Policía Municipal: “No hacen nada para frenar la violencia”, lanzó una de las víctimas de desplazamiento forzado.
El alcalde de Concordia afirmó al medio Los Noticieristas que a mediados de septiembre El Palmito está solo, “es un pueblo fantasma”, Potrerillos ya casi está vacío.
Badiraguato, cuna del Cártel de Sinaloa, es otro de los municipios donde poco pasa y sus habitantes huyen de la violencia. Según datos del INEGI, el municipio que vio nacer al Chapo Guzmán es uno de los 680 considerados como “pueblos fantasma”.
Un año antes del estallido de la guerra que hoy tiene bajo fuego a Sinaloa, la Universidad Autónoma del estado publicó un artículo en el que señalaba que más de 9 mil familias eran víctimas de desplazamientos forzados.
Sinaloa es un caso especial, pues mientras en otras regiones del país se huye de la violencia, el cambio climático o la falta de desarrollo, en la entidad sus habitantes intentan escapar de estas tres condiciones, señaló el académico e Investigador de la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Omar Mancera González.