Así fue la vez que Peña Nieto vetó a un operador de El Mayo Zambada de un evento y generó tensión

El asesinato de Faustino Hernández Álvarez, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sinaloa (UGRS) y exdiputado, ocurrido el pasado 30 de septiembre sacó a la luz las complejas relaciones entre actores políticos y el Cártel de Sinaloa, específicamente con el grupo de Ismael “El Mayo” Zambada.

La periodista Anabel Hernández, a través de su podcast Narcosistema, señaló que el líder ganadero es uno de los políticos que ya han sufrido las consecuencias de su cercanía con el veterano capo tras ser asesinado, esto en medio de la guerra que sostiene la facción de los Zambada contra los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, agrupados en la facción de Los Chapitos.

En su más reciente episodio titulado “Los Chapitos amenazan a alcaldes del Mayo en Sinaloa”, la periodista de investigación recordó que durante la administración de Enrique Peña Nieto, Faustino Hernández ya era conocido por su cercanía con El Mayo Zambada.

Y es que en una visita de Peña Nieto a Sinaloa, el Estado Mayor Presidencial impidió que el líder ganadero participara como orador en un evento en el rancho del empresario René Castillo luego de recibir alertas sobre sus vínculos con el cártel. Pero no sólo eso, sino que también se le prohibió la entrada.

“Yo no tengo duda de que Enrique Peña Nieto tuviera algún tipo de vínculos con el Cártel de Sinaloa, pero todavía en ese sexenio había cierto pudor para mantener esa clase de relaciones más escondidas”, señaló Anabel Hernández, quien también agregó que fue en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador cuando estos nexos comenzaron a hacerse más públicos, como por ejemplo, la vez que saludó a la mamá de El Chapo Guzmán.

Hernández García narró que en el evento de Peña Nieto en Sinaloa también estuvo presente el entonces secretario general de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, hoy actual alcalde de Ahome y otro allegado a El Mayo Zambada, quien molesto por la exclusión de Hernández, criticó la decisión: “Son chingaderas, Faustino es un hombre bueno y le prohibieron venir”.

“Justamente un poco para cuidar las formas, si quieren ustedes por hipocresía, pues se dejó fuera del evento a Faustino Hernández”, añadió.

Faustino Hernández, originario del sector ganadero, inició su carrera en política en 2004 al ser elegido diputado local por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Sinaloa.

Posteriormente, fungió como regidor en el Ayuntamiento de Culiacán y en 2021 intentó obtener la presidencia municipal, aunque perdió frente al candidato de Morena y el Partido Sinaloense (PAS), Jesús Estrada Ferreiro.

Según Anabel Hernández, en esta campaña Hernández enfrentó presiones de Los Chapitos, quienes favorecieron la candidatura de Rubén Rocha Moya, el actual gobernador del estado.

Durante dicha campaña, colaboradores de Hernández fueron presuntamente secuestrados, y el dinero de su campaña fue robado y redirigido a la compra de votos para los candidatos afines al grupo de Guzmán. Sin embargo, tras este enfrentamiento inicial, el líder ganadero terminó alineándose con Morena y desde entonces apoyó abiertamente a candidatos de la Cuarta Transformación.

El alcance de Hernández dentro de la UGRS se convirtió en un recurso financiero clave para El Mayo Zambada. En su libro “La historia secreta. AMLO y el Cártel de Sinaloa”, Anabel Hernández expone los testimonios de Dámaso López Serrano, alias El Mini Lic., quien describió al hombre como un colaborador de confianza de Zambada, usando su influencia para gestionar fondos públicos destinados a los ranchos de la familia Zambada.

La UGRS, según López Serrano, canalizaba apoyos financieros millonarios con el pretexto de proyectos agropecuarios que, en realidad, eran destinados a la creación y expansión de propiedades de la familia Zambada. “El presidente de la ganadera es puro robar dinero para construir ranchos al Mayo y a su familia”, afirmó el Mini Lic. en su testimonio, asegurando que la UGRS se convirtió en un instrumento para legitimar los bienes y operaciones de El Mayo.

Uno de los beneficiarios de este esquema fue la Nueva Industria de Ganaderos de Culiacán, empresa controlada por la familia Zambada que comercializaba leche en el mercado formal.