Durante la conferencia matutina de este jueves, 7 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó un profundo reconocimiento a Nellie Campobello, destacada mujer que incursionó en diversas áreas de las artes y que se ha convertido en un estandarte de la resiliencia y talento de las mexicanas en la historia.
Este 9 de julio, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) conmemoran el 35 aniversario luctuoso de Francisca Moya Luna, mejor conocida en el ámbito cultural como Nellie Campobello (1900-1986). Esta mujer multifacética, nacida en Villa Ocampo, Durango, dejó una marca imborrable en la danza y la literatura mexicanas, distinguiéndose por su incansable labor en la revaloración y promoción de las danzas autóctonas de México.
Nellie Campobello no sólo fue una talentosa bailarina y coreógrafa, sino también una escritora comprometida con la historia de su país. Su contribución a la cultura mexicana no se limitó a las artes escénicas; Campobello también fue una pionera en la documentación de la Revolución Mexicana, creando un vínculo único entre la danza y la literatura. Su libro Ritmos indígenas de México (1940) es un claro reflejo de su interés por rescatar las tradiciones y las expresiones autóctonas, convirtiéndose en un recurso fundamental para los grupos de danza de la época.
Una vida dedicada al arte y la enseñanza
Desde sus inicios, Nellie mostró una profunda pasión por el arte. Motivada por un fuerte deseo de superación, se trasladó de su lugar natal a Parral, Chihuahua, donde inició su formación en el mundo literario. Más tarde, se mudó a la capital de Chihuahua y luego a Laredo, Texas. Fue a los 18 años cuando comenzó a consolidar su carrera artística, destacándose no sólo en la literatura, sino también en la danza.
A lo largo de su vida, Campobello logró fusionar perfectamente sus dos pasiones. Su faceta literaria es visible en obras como Las manos de mamá (1937) y Francisca Yo!, una colección de poemas que refleja su vida y sus experiencias. Pero fue en su obra Cartucho (1931) donde demostró su capacidad para retratar de manera cruda y vívida las experiencias de la Revolución Mexicana. Este libro, junto con Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1940) y Mis libros (1960), se ha convertido en un testimonio invaluable de una época marcada por la lucha y la transformación social.
Pionera de la danza mexicana
La carrera de Campobello en la danza no fue menos notable. Como directora de la Escuela de Danza del INBAL, cargo que ocupó durante más de cuatro décadas, trabajó incansablemente en la investigación y enseñanza de las expresiones autóctonas. Gracias a su gestión, la danza mexicana comenzó a ser vista como un arte digno de estudio y apreciación, y su enfoque en el rescate de los ritmos indígenas le dio a esta disciplina un valor cultural sin precedentes en el país.
En 1938, la Escuela de Danza, que ya había cobrado relevancia, fue renombrada como Escuela Nacional de Danza. Más adelante, en honor a la labor de Nellie y su hermana Gloria, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura decidió bautizar la institución como la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello. Este reconocimiento es una muestra de la influencia que tuvo en el desarrollo del ballet y la danza folklórica en México, áreas en las que Campobello fue precursora.
Un legado que perdura
Además de sus contribuciones a la danza, los escritos de Campobello ofrecen una perspectiva única sobre la vida en México durante la Revolución. Con la colaboración de importantes artistas de su tiempo, como el pintor y muralista José Clemente Orozco, quien ilustró Mis libros, Campobello logró captar tanto la esencia de la época como las complejidades sociales que la acompañaron.
A pesar de su éxito y reconocimiento, la vida de Campobello estuvo rodeada de misterio y polémica, especialmente en torno a su desaparición durante los últimos años de su vida. Tras haber desaparecido de la escena pública, su muerte se confirmó años después, lo cual generó una serie de rumores y especulaciones en torno a su vida personal. Sin embargo, más allá de las controversias, lo que permanece intacto es su invaluable legado en la cultura mexicana.
Nellie Campobello fue una mujer adelantada a su tiempo, comprometida con la preservación de las tradiciones mexicanas y el desarrollo de la danza y la literatura como formas de expresión cultural. Su legado continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas y estudiantes, quienes ven en su trabajo una guía para explorar y valorar las raíces culturales de México. Con su inquebrantable amor por el arte y su sentido de responsabilidad social, Campobello es, sin duda, una figura central en la historia de la danza y la literatura mexicana.