En su edición de septiembre, la Revista del Consumidor de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) publicó un análisis sobre cervezas “Cero” o sin alcohol y aquellas bajas en alcohol, evaluando siete marcas populares en el mercado mexicano.
Este estudio tiene como objetivo orientar a los consumidores sobre las opciones disponibles y asegurar que los productos cumplan con la normativa oficial.
La Profeco destacó que las cervezas con contenido alcohólico menor al 2% no pueden denominarse “cervezas”, ya que esta clasificación se reserva únicamente para bebidas con un volumen de alcohol superior al 2%.
¿Cómo deben llamarse los productos que no son cerveza?
En cambio, estas bebidas deben categorizarse como bebidas no alcohólicas, ya que no cumplen con el mínimo para ser consideradas cervezas. En este sentido, se observó que la marca Mahou, por ejemplo, incurre en un error normativo al denominarse “cerveza sin alcohol”, lo cual va en contra de la regulación establecida.
Entre las marcas evaluadas están Tecate 0.0, Corona Cero, Heineken 0.0 sin alcohol, Heineken 0.0 con alcohol, Old Milwaukee, Mahou y Erdinger Weissbier. Todas ellas ofrecen alternativas sin contenido de alcohol para consumidores que prefieren reducir su ingesta de esta sustancia.
La Profeco aclaró que las bebidas bajas en alcohol pueden ser consideradas de bajo contenido energético, siempre que su valor calórico sea al menos un 24% menor al de la versión alcohólica original.
Además de analizar el etiquetado y el contenido energético, la Profeco explicó los métodos principales para la elaboración de estas bebidas no alcohólicas: la destilación al vacío y la ósmosis inversa.
La destilación al vacío permite extraer el etanol a una temperatura menor que la del punto de ebullición, mientras que la ósmosis inversa utiliza una membrana impermeable para separar el alcohol. En ambos procesos, el objetivo es reducir el contenido alcohólico a menos del 0.5%, nivel que permite considerarlas como “sin alcohol”.
México ocupa actualmente el cuarto lugar a nivel mundial en producción de cerveza, con una producción de 141 millones de hectolitros en 2022, lo que refleja la importancia de la industria en el país.
Este tipo de estudios contribuyen a proteger al consumidor mexicano y a brindar información confiable sobre los productos en el mercado, asegurando que las bebidas cumplan con las normativas y expectativas de calidad.
Así que ya sabes, no todas las bebidas pueden llamarse cerveza si no cumplen con las normas de destilación y contenido de alcohol.