Un sismo se registró en Tonalá a las 16:53 hora del centro (22:53 UTC) este 1 de noviembre, con una magnitud de 4.1 y una profundidad de 55.9 kilómetros.
De acuerdo con información preliminar del Servicio Sismológico Nacional (SSN), el epicentro del movimiento telúrico se ubicó 57 km al suroeste de la ciudad, en el estado de Chiapas.
Ante una actividad sísmica de importancia, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred)hace un llamado a no caer en rumores, ni noticias falsas y solo informarse en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil, tanto locales y estatales, así como federales.
Tras un terremoto, revisa tu casa en búsqueda de posibles daños, utiliza tu teléfono solo en caso de emergencia, no enciendas cerillos o velas hasta asegurarte que no hay alguna fuga de gas y recuerda que se pueden presentar réplicas del sismo, por lo que es importante mantenerte alerta.
También puedes seguir las siguientes medidas antes de un sismo: alista un plan de protección civil, participa en simulacros de evacuación, identifica zonas de seguridad en casa, escuela o lugar de trabajo y prepara una mochila de emergencia.
Durante un terremoto conserva la calma y ubícate en un lugar seguro, aléjate de objetos que puedan caer; si estás en un vehículo, estaciónate y aléjate de edificios, árboles y postes; y si te encuentras en la costa, aléjate de la playa y refúgiate en zonas altas.
Temblores en México
México se encuentra en una zona de alta actividad geológica, que lo expone al riesgo constante de sufrir terremotos. Prueba de lo anterior fueron los sismos de 1985 y 2017, que causaron grandes daños, sin embargo, no han sido los de mayor magnitud en la historia del país, pese a ser de los más presentes en la memoria tanto de nacionales como de extranjeros.
El 28 de marzo de 1787 aconteció el terremoto más fuerte registrado en el país. Oaxaca, entonces punto central de la colonia española, fue víctima de un movimiento de 8.6. Aquel evento fue tan impetuoso que le siguió un tsunami que alcanzó los 6 kilómetros tierra adentro.
Según un estudio del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) realizado en 2009 sobre el sismo del 28 de marzo de 1787, grandes terremotos con magnitudes de 8.6 o mayores podrían ocurrir en los próximos años. Estos tendrán como epicentro las costas de México y Centroamérica, por estar ubicados en la Brecha de Guerrero que acumula una gran cantidad de energía.
Sin embargo, una magnitud menor en un evento sísmico no se traduce necesariamente en una afectación menor en edificios e infraestructura. Así, en 1985 y 2017, los habitantes de la capital, Ciudad de México, debieron enfrentar la devastación producto de dos terremotos que se transformaron en un parte aguas en sus vidas.
El 19 de septiembre de 1985 sucedió un terremoto de magnitud 8.2, con epicentro en el estado de Guerrero. Eran las 07:19 horas locales (13:19 UTC). En aquel momento, se pensó que no habría más terremotos de tales dimensiones, mas un evento afín aconteció exactamente 32 años después.
El de 2017 se dio entre los estados de Puebla y Morelos a las 13:14 hora del centro (18:30 UTC). El saldo de víctimas humanas alcanzó las 369 muertes.