Durante la conmemoración del Día de Muertos, un papá que limpiaba la tumba de su hijo de repente se desvaneció y murió sorpresivamente; los servicios de emergencia nada pudieron hacer.
En el Cementerio Privado de Jardín del Rosario, en la zona de Tancol, en Tampico, Tamaulipas, un hombre de aproximadamente 60 años de edad, falleció de un paro cardiaco.
¿Cómo fue?
Familiares de la víctima declararon que mientras realizaba labores de limpieza -deshierbar, quitar la tierra de la loza y poner flores- el hombre se desmayó, por lo que de inmediato se comunicaron a los servicios de emergencia al 911.
Posteriormente arribando paramédicos de la Cruz Roja sólo para confirmar el deceso del masculino. Por su parte personal de la Fiscalía General de Justicia tamaulipeca recabó información preliminar sobre lo ocurrido y procedió a trasladar el cuerpo al Servicio Médico Forense para la autopsia de ley.
Cabe decir que el caso conmovió a los habitantes de la región y de los visitantes del cementerio ante el dramático suceso.
Eran las 8 de la mañana del 1 de noviembre, Día de todos los Santos, cuando el sexagenario acompañado de otros familiares comenzó a sentirse mal y se desplomó.
Aceptación y vínculo
Desde el punto de vista cristiano quienes visitan a sus seres queridos en los panteones lo hacen para seguir manteniendo y sintiendo el vínculo con la persona fallecida, lo cual se refuerza con la oración.
Una muerte no se supera, sino que es algo que se sitúa, se acoge, se centra en la persona que se ha perdido. No es algo que se tenga que resolver, no es un problema de vida, es una experiencia vital, que en la gran mayoría de las ocasiones cambia a la persona. Es en sí, un acto simbólico con un profundo sentido psicológico.
Cuando alguien muere, a nivel mental se pasa por diferentes etapas: shock, negación, rabia, profunda tristeza y aceptación. Se trata de fases que no son correlativas y que pueden ir variando de otra sin un patrón fijo, de un proceso muy personal, cada quien va a su propio ritmo, ya que no hay dos duelos iguales.
La celebración del Día de Muertos sirve para el recuerdo de familiares, amigos o seres estimados que han muerto, es muy habitual la visita a los cementerios, poner altares, ofrecer rezos, cantos y ofrendas florales que inundan el aire de misticismo, emotividad, espiritualidad y cosmogonía.