Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, mejor conocido como Alito Moreno, es el actual presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) dio de que hablar el día de ayer luego de encarar en plena sesión del Senado al presidente de la Mesa Directiva, el senador Gerardo Fernández Noroña.
Moreno, de 49 años de edad y quien es originario de Campeche, lleva una larga trayectoria en la política mexicana, y desde 2019, cuando asumió el control del partido, ha estado envuelto en diversas polémicas. Una de ellas es la investigación que pesa en su contra por parte de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Contraloría Interna de la Cámara de Diputados, por presunta sustracción y difusión de información confidencial.
Los senadores mexicanos pueden recibir remuneraciones que se aproximan a los dos millones de pesos anuales, según el “Manual de Remuneraciones de las Senadoras, Senadores, Servidoras y Servidores Públicos de Mando y Homólogos”. Cada uno de los 128 integrantes del Senado percibe un sueldo base mensual de 126 mil 800 pesos, lo que se traduce en un ingreso anual de 1 millón 521 mil 600 pesos. Esta cifra refleja un incremento del 5.9% con respecto al año anterior.
Aparte del salario base, las compensaciones y prestaciones añaden un componente importante a las remuneraciones. Entre ellas destaca el seguro de vida institucional equivalente a 40 meses de dieta bruta, que suma un total superior a 5 millones de pesos. Asimismo, los senadores reciben un aguinaldo correspondiente a 40 días de dieta, lo que significa que perciben cerca de 170 mil pesos adicionales en diciembre.
Además de estas prestaciones, los senadores que forman parte de las comisiones ordinarias reciben una prerrogativa extra. El monto de estas asignaciones puede variar dependiendo del cargo que ocupen dentro de las comisiones, ya sea como secretario, vicepresidente o presidente. Por su parte, los miembros de la Mesa Directiva y de la Junta de Coordinación Política también obtienen cifras adicionales por sus funciones.
Por estar en desacuerdo con un punto de la discusión que se llevaba en turno, Alito Moreno fue hasta el lugar de Noroña a reclamarle que no le daba oportunidad de participar, quien le solicitó que le dijera desde su curul lo que quería expresar. Cuando el prisita comenzó a señalarlo con el dedo, la discusión subió de tono.
Aunque este altercado no pasó a mayores, provocó que la tensión en la Sala legislativa incrementara durante las sesiones plenarias.