Mitla, una ciudad en el estado de Oaxaca, ha capturado la atención internacional tras el descubrimiento de una serie de túneles que podrían haber sido considerados por la civilización zapoteca como una entrada al inframundo. Este hallazgo se realizó debajo una iglesia de más de un siglo de antigüedad, según informaron los arqueólogos del grupo de exploración del Proyecto Lyobaa que emplearon técnicas no invasivas para estudiar la estructura subterránea.
El descubrimiento se produce en un contexto cultural significativo, ya que se acerca la celebración del Día de Muertos, una festividad que honra a los difuntos los días 1 y 2 de noviembre. La ciudad de Mitla, cuyo nombre significa “lugar de los muertos”, fue un importante centro zapoteca en el sur de México, vinculado estrechamente con Pitao Bezelao, el dios zapoteco de la muerte.
La historia de Mitla se remonta a tiempos prehispánicos, pero sufrió un cambio drástico en el siglo XVI con la llegada de los españoles. Los conquistadores destruyeron gran parte de la ciudad y construyeron la Iglesia de San Pablo Apóstol sobre las ruinas de un templo zapoteca sagrado. A pesar de estos cambios, los túneles han permanecido ocultos y preservados durante siglos.
Los arqueólogos han revelado que estos túneles y cámaras subterráneas, ahora objeto de estudio, podrían ofrecer nuevas perspectivas sobre las creencias y prácticas funerarias de los zapotecas.
¿Cómo fue revelada la entrada al “inframundo”?
Este descubrimiento en el estado de Oaxaca fue revelado gracias a la utilización de una combinación del radar de penetración terrestre, tomografía de resistividad eléctrica y tomografía de ruido sísmico.
Hasta este momento, se desconoce con exactitud la antigüedad de la entrada al “inframundo”. En la antigüedad, los zapotecas tenían la creencia de que las cuevas y el laberinto subterráneo bajo Mitla eran una entrada al inframundo. Esta es la razón por la que Mitla fue el centro del culto a Pitao Bezelao, dios zapoteca de la muerte y del inframundo.
¿Quién es Pitao Bezelao?
Pitao Bezelao, conocido como el Dios de la Muerte y el Inframundo en la cultura zapoteca, era una deidad central en las creencias de esta antigua civilización mesoamericana. Los zapotecas, quienes se autodenominaban “la gente de las nubes” debido a su creencia de un origen celestial, veneraban a Pitao Bezelao especialmente en momentos de enfermedad y muerte. Esta deidad era representada con símbolos como la calavera, el murciélago y el tecolote, y se le ofrecían rituales que incluían gallinas y copal, una resina aromática.
La civilización zapoteca floreció entre los años 500 a.C. y 900 d.C. en lo que hoy son los estados mexicanos de Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz. Aunque el origen exacto de los zapotecas sigue siendo un misterio, su legado arquitectónico y cultural es notable. Los arqueólogos destacan sus avanzadas terrazas agrícolas y monumentales construcciones, siendo la ciudad de Monte Albán un ejemplo sobresaliente de su arquitectura.
Monte Albán, situada en Oaxaca, es una de las ciudades más emblemáticas de los zapotecas. Este sitio arqueológico es famoso por sus impresionantes estructuras y por ser un centro cultural y político de la civilización. Además, los zapotecas desarrollaron uno de los primeros sistemas de escritura jeroglífica en Mesoamérica, junto con un sistema de numeración y un calendario, lo que refleja su sofisticación cultural y científica.