Los programas sociales no han logrado disminuir la violencia, y un claro ejemplo de ello es el estado de Chiapas. Así lo asegura el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de reportero publicada este jueves, titulada Combatir las causas de la violencia.
En ella, señala que, según datos oficiales, en Chiapas la pobreza ha bajado un 10%, pero la violencia ha aumentado 9%. Se pregunta por qué si los programas sociales lograron abatir la pobreza en el estado más pobre del país, no lograron terminar con la violencia. Recuerda que el paradigma de seguridad del sexenio anterior y del actual es que la inseguridad se resuelve mejorando las condiciones económicas del pueblo.
“Al régimen se le llena la boca: estamos combatiendo las causas de la violencia. En su tiempo López Obrador y ahora la presidenta Sheinbaum lo dicen hasta abrogándose un aire de santidad. De quien no se ensucia las manos sino entiende las carencias del país”, se lee en el texto del comunicador.
Asegura que Chiapas desmiente la premisa, pues en los datos más recientes sobre evolución de la pobreza dados a conocer por el Coneval para el periodo 2020-2022, en Chiapas el número de personas en situación de pobreza bajó de 4.2 millones a 3.8 millones. Explica que es previsible que cuando salgan las estadísticas hasta 2024, haya aún menos gente en situación de pobreza, pues se mantuvieron los programas sociales, pero, además, ya había pasado la crisis económica de la pandemia.
Con esto, se entiende que, cuando menos, la pobreza bajó un 10%, si no es que más, un gran logro para el obradorato, dice Loret de Mola.
Sin embargo, la inseguridad tiene otros datos, pues en vez de bajar, subió. Y es que de 2019 a 2024, el aumento en el número de ejecuciones es de 9%, según cifras de Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública.
“Son datos duros. Datos del gobierno. Seguir por la misma ruta del “abrazos no balazos” es una condena al fracaso. Es apostar por pactar con el crimen organizado esperanzados en que van a ser lo suficientemente buenos para no causar problemas. Ya vimos lo bien que salió eso en Sinaloa”, concluye la columna de Loret de Mola.