El cambio climático y el aumento en la demanda de alimentos han llevado a buscar opciones nutricionales sostenibles y eficientes.
Según la FAO, se proyecta que la población mundial alcanzará los 9, 700 millones para 2050, lo que implicará una presión considerable sobre los sistemas de producción de alimentos y el medio ambiente, según menciona la Gaceta de la UNAM.
En este contexto, el uso de insectos como fuente de proteína ha ganado importancia. El pan de cucarachas es uno de los productos más innovadores, ofreciendo una alternativa nutritiva, accesible y ecológica para enfrentar el reto alimentario global.
Este alimento surge como una alternativa que tiene el potencial de redefinir nuestros hábitos alimenticios, adaptándose a las necesidades de un planeta en constante transformación.
¿Cuáles son los beneficios de este pan?
Andressa Lucas y Lauren Menegon de la Universidad Federal de Río Grande publicaron un estudio en 2017 titulado Pan enriquecido con harina de cucaracha cinerea (Nauphoeta cinerea) donde se centraron en utilizar la harina de cucaracha para enriquecer el pan de trigo con proteínas.
Este alimento cuenta con un 70% más de proteínas, más que el 50% que ofrece la carne roja. Con la colaboración de la ingeniera Lauren Menegon, Jantzen logró producir una harina a base de cucarachas deshidratadas, cuyo costo fue de 51 dólares por kilo (mil 29 pesos mexicanos).
Para la receta, solo se utilizó un 10% de esta harina, combinada con harina de trigo normal, lo que fue suficiente para obtener un resultado sorprendente. La harina de cucaracha aumentó el contenido de proteínas en el pan en un 133%, explicó Jantzen a BBC Brasil.
Para comparar, una rebanada de 100 gramos de pan casero tradicional contiene 9.7 gramos de proteína, mientras que el pan de cucaracha contiene 22.6 gramos. Además, lograron reducir la cantidad de grasa en la receta en un 68%, según indicó la investigadora.
Para preparar ese extraño alimento se deshidrataron los insectos, después se trituraron y tamizaron para lograr una harina con partículas finas. El resultante se añadió en distintas proporciones al pan de trigo, que luego fue comparado con pan blanco y pan integral en términos de composición química, color, firmeza y volumen específico.
El alimento del futuro
Según las investigadoras, la FAO predice que que, para poder alimentar a la población mundial en 2050, que se espera sea de 9.000 millones de personas, será necesario aumentar un 70% el área de tierra dedicada a la cría de animales.
Aunque solo una pequeña cantidad de insectos es comestible para los humanos, se considera que su producción podría ser una alternativa sostenible para satisfacer la creciente demanda de alimentos.
“El ritmo frenético al que se reproducen los insectos convierte su “carne” en una abundante fuente de alimento. Son ricos en proteínas, vitaminas (sobretodo vitamina B) y minerales, como hierro y calcio. Además, son ricos en lípidos y ácido y grasos esenciales” menciona el estudio.
Además, los insectos no contienen colesterol, por lo que, al contrario de la carne, es una fuente de proteína digerible sin grasa que se asocia a enfermedades cardiovasculares o riesgos para el corazón, de acuerdo con el artículo Insectos: alimento del futuro de Gaceta UNAM.
Además, consumir insectos podría disminuir el impacto ambiental que genera la ingesta de carne. Según un estudio de la Universidad de Helsinki, reemplazar alimentos de origen animal por opciones como la leche cultivada y los insectos, entre otros, podría reducir potencialmente el calentamiento global y el uso de agua y tierra en más del 80%.
“De hecho, la ‘industria’ de los insectos tiene el objetivo de generar productos seguros para el humano basados en la economía circular y las prácticas de agricultura vertical. Sumado a ello, la porción comestible de un insecto va del 80% al 100%, mientras que con la carne va de 40% a 60%”, menciona el artículo de la UNAM.