Los cárteles mexicanos han ganado terreno en el mercado de metanfetamina en Canadá, desplazando a los fabricantes locales y utilizando los puertos canadienses como un canal clave para expandir sus operaciones a nivel mundial, según un informe del Servicio de Inteligencia Criminal de Canadá (CISC) obtenido por la Investigative Journalism Foundation (IJF) y Postmedia.
La droga, que es de alta calidad y se produce a bajo costo en México, ha comenzado a saturar el mercado canadiense, obligando a grupos locales a buscar alternativas y volviéndose un centro de tránsito para la exportación.
El reporte de octubre de 2023 del CISC detalla que los cárteles mexicanos, con su producción masiva y sus precios competitivos, han “inundado” el mercado canadiense, debilitando la posición de los fabricantes nacionales de metanfetamina. Este fenómeno ha impulsado el tráfico hacia otros mercados internacionales, en particular hacia Australia y Nueva Zelanda, a través de los puertos canadienses, ahora una base estratégica para los cárteles.
La Real Policía Montada de Canadá (RCMP) advirtió sobre una creciente “interconectividad” entre los cárteles mexicanos y pandillas locales, que facilita el flujo de droga y consolida las relaciones criminales transnacionales.
El cabo Arash Seyed de la RCMP señaló que los grupos delictivos utilizan productos exportados, como jarabe de arce y aceite de canola, para encubrir envíos de metanfetamina y eludir la detección de las autoridades.
Aaron McCrorie, vicepresidente de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA), subrayó el desafío de enfrentarse a “adversarios muy sofisticados” como los cárteles mexicanos, que “evolucionan constantemente en cuanto a los mercados que persiguen y a sus medios de ocultamiento”.
Esta colaboración entre el crimen organizado local y los cárteles ha convertido a Canadá no solo en un mercado para la metanfetamina mexicana, sino en una plataforma clave para la expansión del tráfico internacional de estupefacientes.
Cómo los cárteles mexicanos llegaron a Canadá
Los cárteles mexicanos, liderados principalmente por el Cártel de Sinaloa, han extendido sus operaciones hacia Canadá en los últimos años, consolidándose en el país a través de nuevas rutas y alianzas estratégicas lo que ha cambiado profundamente el panorama delictivo en dicho país, donde antes dominaban grupos de la mafia italiana y bandas locales.
Según los periodistas Peter Edwards y Luis Nájera, autores del libro The Wolfpack, el punto de inflexión ocurrió con la aparición de una alianza de bandas criminales canadienses —conocida como “Wolfpack”— que incluyó pandillas locales, mafiosos y grupos de motociclistas como los Hells Angels.
Esta alianza permitió la entrada de los cárteles mexicanos, quienes hasta entonces sólo operaban de forma indirecta en el país. Desde 2013, tras la muerte de Vito Rizzuto, capo de la mafia italiana en Canadá, la estructura del crimen organizado comenzó a transformarse, y los jóvenes líderes delictivos buscaron alianzas con el Cártel de Sinaloa para traficar drogas como cocaína y fentanilo, según dijeron a InSight Crime.
Los cárteles mexicanos han establecido rutas de tráfico desde el corredor Alberta-Chihuahua-Sonora-Durango y han instalado células de operación en puntos clave de Canadá, como Vancouver y las áreas rurales de Alberta. Estas rutas se conectan con redes de distribución hacia Europa y Asia, aumentando la influencia de los cárteles en mercados globales.
Además, en la última década, los cárteles han desplazado a las mafias locales en el comercio de cocaína, lo que ha permitido a grupos como el Cártel de Sinaloa crear un “mercado regulado” de drogas, donde ellos mismos controlan tanto la oferta como la distribución.
Este mismo grupo criminal también ha comenzado a producir fentanilo en laboratorios clandestinos canadienses, lo que ha exacerbado la crisis de opioides en el país, según ha documentado Katarina Szulc, periodista independiente.
Con apoyo de criminales asiáticos, quienes proveen precursores químicos desde Asia, los cárteles mexicanos están produciendo cantidades masivas de fentanilo que llegan a las calles canadienses. Según un informe de la Agencia de Salud Pública de Canadá, el 80% de las ocho mil muertes por sobredosis en 2023 involucraron fentanilo, convirtiéndose en un problema de salud pública sin precedentes en el país.