En una reciente entrevista con Adela Micha, el periodista Luis Chaparro habló de la vez que estuvo amenazado de muerte tras su cobertura del Culiacanazo en 2019, cuando las fuerzas de seguridad mexicanas capturaron y posteriormente liberaron a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en Culiacán, Sinaloa.
El periodista explicó que una facción del Cártel de Sinaloa puso un precio de 60 mil dólares por su cabeza en represalia por su cobertura, un dato que fue interceptado y comunicado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos.
“El FBI llegó a mi casa literal a decirme “mira tenemos esto, es evidencia, hay unos celulares donde hay un grupo, 60 mil dólares por tu cabeza es lo que está circulando en estos grupos de gente afiliada a Sinaloa que están en Estados Unidos”, relató Chaparro, quien recibió recomendaciones de no regresar a México y contó con protección temporal en territorio estadounidense.
Sin embargo, la amenaza se tornó aún más personal y perturbadora cuando Chaparro, durante un viaje familiar a Disneyland, encontró una bala en el bolsillo de su chaqueta.
“Meto la mano en mi bolsillo izquierdo para sacarme los tickets de cosas que habíamos comprado y encuentro una bala. Alguien en algún momento en ese viaje me puso una bala como una amenaza”. Tras analizarla, sus contactos en Estados Unidos le confirmaron que correspondía al tipo utilizado por las fuerzas del gobierno mexicano.
Pese al riesgo y la presión, Chaparro se mantiene firme en su labor periodística. “La intención es intimidar y silenciarme, pero no puedo permitir que me aterroricen”, afirmó, mencionando que lleva 15 años investigando la violencia del narcotráfico en México y que su familia comprende los riesgos de su trabajo. A pesar de las amenazas, Chaparro aseguró que no busca problemas de manera activa, sino que realiza su labor con transparencia y ética.
El periodista explicó también que actualmente facciones del Cártel de Sinaloa intentan influir en su cobertura para su propio beneficio propagandístico. No obstante, Chaparro recalcó que sólo publica información verificable y de interés público, evitando convertirse en un vehículo de propaganda.
Aún espera protección
Chaparro, quien recientemente fue agredido verbalmente por el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, en medio del entramado de la captura de Ismael El Mayo Zambada, detalló que aunque ha solicitado protección su caso aún está en proceso de evaluación y no ha sido otorgada oficialmente.
El comunicador, quien cuenta con doble ciudadanía, ha optado por residir principalmente en Estados Unidos, cruzando a México solo para cubrir eventos muy específicos. “Aún no siento que haya condiciones de seguridad para estar en México de manera constante”, afirmó.
En cuanto a la situación en Sinaloa y la actitud del gobernador Rocha Moya, Chaparro manifestó su preocupación, señalando que Rocha, en lugar de abordar las amenazas hacia periodistas, ha adoptado un tono “empoderado y cínico”, además, dijo que no es lo mismo la fuerza de un periodista a la de un gobernador, subrayando la vulnerabilidad de su posición.
Chaparro también indicó que las autoridades en México cuentan con protocolos de protección para periodistas, aunque expresó escepticismo sobre su eficacia. “Es el mismo Estado el que controla el mecanismo de protección, pero no hay muchas alternativas. La realidad es que el mismo gobierno tiene influencia en estos temas”, explicó, subrayando las limitaciones que enfrenta al buscar protección en el país.