El pasado martes, en su conferencia de prensa matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum ha presentado datos duros sobre la baja en la incidencia delictiva desde el inicio del sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hasta fechas recientes.
Sin embargo, hay hechos que muestran que la violencia sigue siendo un factor que afecta de manera contundente la vida de los mexicanos. Sobre el tema habla el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historias de reportero de este miércoles, titulada Para metralla de balas, metralla de números.
En ella, el comunicador señala que la presidenta trata de combatir el miedo de las personas aventándoles cifras. Se refiere a varios hechos que han conmocionado al país. Menciona, por ejemplo, el miedo que hace no llevar a los hijos a la escuela en Sinaloa por la violencia que se vive en ese estado desde el pasado mes de septiembre, tras la captura de El Mayo Zambada en Estados Unidos.
Ese miedo, señala Loret de Mola, debe paliarse, pues la tendencia de homicidios va 7% a la baja. O el que los restaurantes estén vacíos en Culiacán debe quedar de lado, pues el promedio diario de víctimas de homicidio doloso ha caído, de 100.51 a 82.32.
El que los niños se tengan que aventar al piso el las taquerías preguntando a sus padres si no les pasará nada no debe tomarse en cuenta, pues la mandataria ha presumido que el promedio diario de delitos de alto impacto ha disminuido 35.23%. O si decapitan al alcalde de una capital estatal, como sucedió con Alejandro Arcos, alcalde de Chilpancingo, capital de Guerrero, y eso llega a las portadas de los diarios más relevantes del mundo, no hay que tomarlo mucho en cuenta, pues hay que recordar que la percepción de inseguridad pasó de 76.8% a 58.6%.
Loret menciona que hasta el Papa, en su misa dominical seguida en todo el mundo, habla del asesinato del padre Marcelo Pérez, en Chiapas. Pero eso no importa, pues debe recordarse que las lesiones dolosas por disparo de arma de fuego han bajado 5.8%.
Loret señala que, frente a episodios de violencia de “altísimo” impacto que han manchado de sangre el inicio del sexenio, el martes en la mañanera se presentaron 23 gráficas y 54 indicadores y cifras.
El periodista explica que el éxito del obradorismo fue despreciar las métricas y privilegiar la narrativa por encima de los datos. “Diluir los indicadores con frases pegajosas. Sepultar los números con palabras. Han acostumbrado a su público a rebatir cualquier porcentaje con una culpa al pasado o una anécdota del presente. Electoralmente les funciona de maravilla”.
Para Loret de Mola, por seis años se acostumbró a los mexicanos a que cada que se enfrentaban a que dejaron a 35 millones de mexicanos sin servicios de salud, contestaban con que estaban combatiendo la corrupción. Ante cualquier caso de corrupción bien documentado, como el de los hijos de AMLO, los videos de Pío o el caso de Segalmex, respondían que la gente estaba feliz. Si se exponían los miles de muertos y desaparecidos, respondían con el pasado “ominoso” de García Luna y Felipe Calderón.
“Veremos si les funciona este cambio de estrategia para recuperar la narrativa”, concluye Loret de Mola.