Su nombre perdió relevancia en los últimos años, pero una de sus descendientes ha ocasionado que su familia vuelva a ser tema de conversación. Se trata de Juan José Esparragoza Moreno, alias ‘El Azul’, uno de los exlíderes y cofundadores del Cártel de Sinaloa más conocidos que se encuentra en medio de la polémica, luego de que un miembro de su línea sanguínea fuera vinculado con el reconocido cantante de narcocorridos Peso Pluma.
Aunque la familia Esparragoza reportó su muerte hace más de 10 años, la larga y notoria trayectoria criminal de ‘El Azul’ persigue a sus descendientes. Tal es el caso de su nieta Diana Rosalía Esparragoza, influencer y modelo originaria de Guadalajara, Jalisco.
La joven de 26 años de edad, hija de Juan Ignacio Esparragoza, ha despertado el interés en cientos de internautas, luego de que fuera vista en días recientes paseando de la mano en París, Francia, junto a Hassan Emilio Kabande Laija, mejor conocido como Peso Pluma.
Tras la difusión del rumor, el nombre de ‘El Azul’ volvió a acaparar los focos de atención. Y es que, además de liderar uno de los cárteles de drogas más peligrosos de México, el originario de Huixiopa ―un poblado que forma parte de Badiraguato, Sinaloa― se convirtió en uno de los hombres más buscados por las autoridades de Estados Unidos.
Según data una ficha de búsqueda del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que actualmente se mantiene activa, el Departamento de Estado de EEUU ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por información que conduzca al arresto y/o arresto de ‘El Azul’.
En el documento también se refiere que es buscado por tres delitos: conspiración para importar una sustancia controlada; conspiración para poseer con intención de distribuir una sustancia controlada; e importación de una sustancia controlada.
La muerte de ‘El Azul’
Uno de los aspectos que más destacan en el que caso de ‘El Azul’, es que el país de las barras y estrellas mantiene activa su ficha de búsqueda y recompensa pese a que fue reportado como muerto en 2014, a sus 65 años.
La primera versión dada a conocer señala que el capo sufrió un accidente automovilístico grave a finales de mayo del citado año; mismo que lo llevó a estar hospitalizado durante 15 días a causa de una lesión en la columna vertebral.
Se dice que mientras estaba en recuperación intentó levantarse de la cama e, inesperadamente, sufrió un ataque al corazón, muriendo al instante.
La noticia no tardó en llegar a oídos de las autoridades, por lo que la entonces Procuraduría General de la República (PGR) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) iniciaron una investigación para esclarecer los hechos.
El 9 de junio del 2014, el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, informó que tras varios días de indagación no habían logrado encontrar evidencias que confirmaran la muerte del criminal.
Versiones señalan que las autoridades no pudieron confirmar la noticia debido a que el cuerpo del capo fue sacado del hospital y cremado un día después de su deceso. A ello se le suma que había tres versiones sobre dónde había fallecido. La primera apuntaba a la Ciudad de México, la segunda a Guadalajara y en las investigaciones se agregó una tercera: Culiacán, Sinaloa.
La falta de pruebas mantiene en suspenso la veracidad de los hechos a casi una década de que ocurrió.