La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, calificó como un “honor” haber recibido a la activista pakistaní, Malala Yousafzai, pues tuvieron un encuentro la tarde del jueves en Palacio Nacional.
“Es una joven mujer admirable y por supuesto es un privilegio haberla conocido”, dijo la Presidenta esta mañana.
Durante su gira por Baja California Sur, la mandataria mexicana reconoció la admiración que tiene por Malala, pues destacó que ha dedicado su vida a partir de lo que “ella sufrió” a luchar por los derechos de la educación de las niñas y jóvenes en el mundo.
Esto luego del encuentro que tuvieron ambas mujeres, ya que Malala Yousafzai manifestó su deseo de conocer a la Presidenta y pidió el encuentro, el cual se dio luego de que la activista visitó también el Museo Frida Kahlo, que es un importante recinto cultural de la CDMX.
“Ella venía de una plática de una institución privada en la CDMX y nos buscaron porque ella tenía interés de reunirse conmigo”, explicó Claudia.
En ese sentido, rememoró que el tema principal que abordaron durante su reunión en Palacio Nacional, fue justamente el del derecho a la educación de las niñas, actividad que ha fomentado desde 2012, cuando le dispararon y le causaron graves heridas tras oponerse a las restricciones de los talibanes a la formación educativa de las mujeres en Pakistán, país natal de Malala.
De acuerdo con la información y vida, Yousafzai se convirtió en un símbolo internacional por la lucha que hace en pro de la educación de los niños. Y es que tras el ataque talibán que recibió el 9 de octubre de 2012, cuando volvía a su casa recibió una fuerte agresión.
Malala Yousafzai nació en el seno de una familia pakistaní el 12 de julio de 1997. Sin embargo reside en Reino Unido desde el día del atentado en su contra, cuando tenía al menos 12 años. De acuerdon con los datos, en 2008 los talibanes tomaron el control del pueblo pakistaní y una de las cosas que solicitaron fue la prohibición de que las niñas fueran al colegio.
Malala comenzó a escribir sobre los derechos de la educación a las jóvenes, cuando apenas tenía 11 años en colaboración con un medio de comunicación e incluso se puso un seudónimo por seguridad. Sin embargo, en 2012 cuando se trasladaba en un autobús escolar, un talibán subió al mismo y al descubrir quién era Malala, éste disparó en varias ocasiones, por lo que la joven pakistaní fue herida en su cabeza. Por fortuna fue trasladada de urgencia en helicóptero y vivió para contarlo.
La situación desencadenó una petición por el derecho a la educación que fue firmada por más de dos millones de personas en el mundo.
Luego, la Asamblea Nacional ratificó el primer Proyecto de Ley sobre el Derecho a una Educación Gratuita y Obligatoria del país. A partir de ahí, la vida de la joven fue dando un giro positivo.
Por ejemplo, en diciembre de 2014, se convirtió en la receptora más joven del Premio Nobel de la Paz.
Además, en 2017 António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, nombró a Malala “mensajera de la Paz de las Naciones Unidas”, con el objetivo de ayudar a sensibilizar acerca de la importancia de la educación de las niñas.