Inaugurado el 18 de abril de 1944, el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” es una de las instituciones más importantes que ha contribuido a la colaboración científica entre cardiólogos de todo el mundo.
El instituto también ha estado a la vanguardia de importantes avances médicos, por ejemplo ser pionero en el uso del catéter para tratar problemas cardíacos complejos y realizar valvuloplastias, procedimientos que mejoran el funcionamiento de las válvulas del corazón.
La fundación del instituto surge de una inspiradora historia, marcada por la visión y dedicación de innovadores médicos decididos a transformar la atención cardiovascular en el país.
¿Quién está detrás de su fundación?
Era 1927 e Ignacio Chávez tuvo la firme idea de crear un instituto que “fuera algo más que un hospital para cardíacos”, quería crear un lugar donde se impartiera asistencia médica de alta calidad a la población económicamente necesitada.
Además, buscaba que el instituto tuviera una escuela que difundiera ideas médicas avanzadas. También quería fomentar la investigación científica, creando conocimientos propios en lugar de sólo adoptar los que venían del extranjero.
Chávez nació en 1897 y estudió medicina, graduándose en 1920 como médico cirujano por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de acuerdo con la página del instituto.
Desde 1917 hasta 1920, trabajó como practicante en el Hospital General, donde adquirió experiencia médica práctica. Poco después de graduarse como médico, fue nombrado rector de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, cargo que ocupó entre 1920 y 1921.
A partir de 1920, comenzó a enseñar en la escuela de medicina de esta universidad y continuó su carrera docente desde 1922 en la Facultad Nacional de Medicina, donde siguió formando a futuros médicos. En 1920 se graduó como médico cirujano en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y después realizó estudios en varios centros de investigación en Europa.
Tuvo la oportunidad de estudiar un par de años en París, donde analizó la organización y funcionamiento de las clínicas de cardiología de Berlín, Praga, Viena, Roma y Bruselas.
“Así, el 18 de abril de 1944 es inaugurado en la Calzada de la Piedad (hoy llamada Av. Cuauhtémoc), el Instituto Nacional de Cardiología, por el entonces Presidente de la República Manuel Ávila Camacho y el Secretario de Salubridad y Asistencia, el Dr. Gustavo Baz, en una solemne ceremonia que reunió a la comunidad científica de todo el continente”, menciona la página oficial del Instituto.
Amor scientia que inserviant cordi
“El amor y la ciencia al servicio del corazón” es el lema de este Instituto, que refleja la filosofía que dio origen a la institución.
“Los enfermos no serán sólo un número sino una persona, serán una preocupación viva y punzante de parte del personal, que hubiese un pálido reflejo del hogar, convencido que la ciencia entera no basta para calentar la atmósfera que rodea a un enfermo, si no se pone en ella alma y corazón”, declaró Chávez respecto al lema, según el artículo El escudo del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”.
Por ello, el Instituto fue creado con el propósito de estudiar y entender mejor las enfermedades del corazón, además de formar médicos y ser un espacio para investigadores,
Ignacio Chávez fue rector de la UNAM de marzo de 1965 a abril de 1966. Fundó y presidió la Sociedad Mexicana de Cardiología en 1935 y la Sociedad Interamericana de Cardiología en 1946. Fue vicepresidente de la Sociedad Internacional de Cardiología de 1958 a 1962 y presidente honorario vitalicio desde 1962. Participó en comités consultivos de la OMS en 1955 y de la OEA de 1958 a 1966.
También fundó y dirigió las revistas “Archivos del Instituto de Cardiología de México” y “Archivos Latinoamericanos de Cardiología y Hematología”. Fue miembro fundador de El Colegio Nacional. Falleció el 13 de julio de 1979 en Ciudad de México.
En abril de 1979, a los 82 años de edad y gozando de buena salud, dejó la dirección, pasando el mando al Dr. Jorge Soni. Tristemente, más tarde ese mismo año, el maestro Chávez falleció. En reconocimiento a su destacada labor, y por decisión unánime, el Instituto Nacional de Cardiología adoptó su nombre en su honor.