De huachicol a pesca ilegal: estos son los otros ‘negocios’ del CJNG, según Chris Dalby

Durante los últimos años, el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han sido identificados como las dos principales organizaciones criminales que dominan la producción y el tráfico de drogas en México. Sin embargo, este no es el único delito que los ha posicionado en el mapa criminal nacional e internacional.

De acuerdo con la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), aunque la distribución de narcóticos es el delito que proporciona mayor riqueza a los cárteles, los grupos del crimen organizado suelen obtener ingresos de otros ‘negocios’ ilegales.

Así lo evidencia el periodista Chris Dalby en su más reciente obra, titulada CJNG. El cártel más peligroso de México, donde da a conocer cuáles son las principales formas de ingresos de la organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’.

Esto es lo que se sabe.

Datos de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) refieren que el también conocido ‘cártel de las cuatro letras’ es uno de los grupos criminales más vinculados con el delito de extorsión. Entre las víctimas se encuentran empresarios, dueños de hoteles y restaurantes, gasolinerías e incluso negocios pequeños.

“Aunque son muchas las empresas que han sido sistemáticamente extorsionadas, el CJNG se ha vuelto hábil identificando especialidades locales que podrían ser lentamente desangradas”, apunta Dalby.

En este mismo rubro se identifica la extorsión cometida contra productores de aguacate, fruto de gran valor económico cuya obtención se da principalmente en Michoacán y Jalisco; entidades controladas por el CJNG.

Este hecho, además de provocar un grave daño economía local, produce daños al medio ambiente a través de la deforestación y la crisis hídrica.

El robo de combustible, también conocido como ‘huachicoleo’, se ha convertido en una de las principales fuentes de ingreso de las organizaciones criminales, incluida la liderada por ‘El Mencho’.

“Ningún estado ha sufrido más las consecuencias del robo de combustible que Guanajuato”, entidad que el CJNG disputa al Cártel de Santa Rosa de Lima (CSRL), se lee en la obra de Dalby.

De acuerdo con Dalby, la intrusión del CJNG en las comunidades pesqueras les ha permitido beneficiarse de la industria pesquera de varias maneras.

Aunque no se sabe el nivel de involucramiento que los cárteles de drogas tienen en este mercado, durante los últimos años se ha evidenciado que el crimen organizado está “acaparando el mercado de especies” altamente consumidas en Asia, como el pez totoaba.

El ‘negocio’ consiste en introducir productos marinos considerados ilícitos en países como China, con el fin de obtener a cambio precursores químicos para la fabricación de fentanilo y metanfetamina.

“Un modelo de negocio como este se ha extendido desde entonces y también se usa para comerciar con pepinos de mar, abulones y almejas geoduck, así como con capturas más comunes, como las langostas. Las incautaciones de este tipo de mariscos por parte de la Marina han revelado que estas prácticas están creciendo a lo largo de las costas de México (sic)”, informó Dalby.

A ello se suma la extorsión en contra de comunidades pesqueras, a las que se les indica qué y dónde pescar en beneficio de las actividades del cártel.

Datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) refieren que, a finales de 2021, existían 122 zonas críticas forestales en México afectadas por distintos ilícitos, como tala clandestina, lavado de madera, extracción de madera sana, sobreexplotación de los recursos forestales, incumplimiento de programas de manejo, cambio de uso de suelo, incendios forestales provocados y delincuencia organizada.

Entre los estados afectados se encuentran Jalisco, Michoacán, Colima y Nayarit; entidades controladas por el CJNG.

Las estafas de tiempo compartido son consideradas el nuevo negocio del CJNG.

Consiste en llamar a dueños de tiempos compartidos, principalmente adultos mayores, a quienes, bajo la mentira de ser representantes de venta, se les ofrece comprar sus inversiones en zonas turísticas por una cifra de dinero mayor a la que invirtieron.

Una vez que las víctimas acceden, se les solicita el pago por adelanto de algún servicio: desde la publicación de anuncios hasta supuestas multas gubernamentales. Cuando el depósito/transferencia es realizado, desaparecen.

“Esta estafa representa la evolución más reciente del CJNG, un grupo que está arraigado en sectores legales e ilegales de la economía. Con poco más que un teléfono y un guion convincente, los trabajadores del cártel están victimizando a personas en diferentes países (sic)”, se lee en el un reportaje de The New York Times.

Los reportes refieren que las estafas suelen realizarse a través de decenas de centros de llamadas en México, mejor conocidos como callcenters; un negocio que ha sido vinculado al CJNG desde hace años. Esta información fue confirmada al medio ya citado por James Barnacle, el subdirector asistente del FBI que monitorea los delitos financieros.

Asimismo, el reportaje de NYT refiere que la organización criminal recurre al soborno de empleados de resorts mexicanos para que filtren la información de los huéspedes.