Loret de Mola explota contra autoridades por violencia en Chiapas: " No hay Estado”

Para el crimen organizado, el estado de Chiapas tiene el atractivo de la diversificación financiera, pues al ser frontera, se puede encontrar tráfico de drogas, y también de personas. También hay secuestros y extorsiones. Al tener naturaleza abundante, también hay venta ilegal de especies, explotación de maderas y hasta explotación de ámbar.

Sobre el tema de la violencia y el crimen en Chiapas habla el periodista Carlos Loret de Mola en su columna Historia de Reportero de este miércoles, titulada En Chiapas tampoco pasa nada.

En ella, el comunicador señala que hasta hace unos años, en el estado se vivía una “pax narca”, pues el Cártel de Sinaloa dominaba la región. Políticos y criminales se encontraban felices, pues no estaban en el mapa, pero, asegura, esos arreglos son siempre inestables, y siempre salen mal.

Loret de Mola explica, en su texto, que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) quiso aprovecharse de esa “jugosa” diversificación financiera y arrancó la disputa por la plaza. “Comenzó la guerra por territorios y negocios y a río revuelto, todos los grupos criminales entraron a conquistar a balazo las distintas zonas del estado. Hoy se vive una ola de violencia de la que nadie se salva”.

Recuerda algunas escenas que se han visto en ese estado: un desfile del Cártel de Sinaloa por las calles con vítores de la población; una megamarcha por la paz encabezada por líderes religiosos; desplazamiento forzado de miles de personas por la inseguridad; caravanas de migrantes y acribillamiento de ellos; secuestros masivos de decenas de ciudadanos que súbitamente desaparecen de sus comunidades y hasta la más reciente tragedia: el asesinato del padre Marcelo esta semana, quien era defensor de los indígenas y promotor de la paz, y quien había advertido amenazas en su contra. Loret de Mola explica que el Estado no fue capaz de protegerlo, fundamentalmente, porque no hay Estado.

Según el comunicador, las autoridades, tanto locales como federales, existen en el papel, pero no en la realidad. Militares y civiles, guardias nacionales y policías recorren los municipios, pero no se enfrentan con nadie. Las autoridades son simples espectadores que dejan todo en manos de los criminales. Sin autoridad que marque límites o ponga orden, la población está a expensas de las acciones de las acciones de los grupos criminales.

Cada que se exige a las autoridades que se acabe la gobernabilidad, el gobernador o la presidenta sacan el manual obradorista que les dicta qué hacer en estos casos. El gobernador morenista Rutilio Escandón, se la ha pasado declarando que no pasa nada y que todo está bajo control. Desde la presidencia, cada vez que se reportaba una tragedia durante la anterior administración, López Obrador declaraba que se iba a atender y que no habría impunidad. Por eso, cada vez está peor, asegura Loret de Mola. Sheinbaum muestra que trae el mismo manual.

Mientras la gente sufre, apunta el periodista, hoy Tapachula es, según datos oficiales, la ciudad donde la gente se siente más insegura en el país.

“Mientras las autoridades se ciegan ante las evidencias y los gritos de auxilio de la ciudadanía se topan con la sordera oficial, en este país todos estamos expuestos: tanto los 36 millones que votaron porque este proyecto de gobierno siga, como los 90 millones que no lo hicieron”, concluye.