Los tarahumaras o rarámuris son reconocidos a nivel mundial por ser excelentes corredores capaces de recorrer grandes distancias utilizando solo huaraches o hasta descalzos, una habilidad que ha sorprendido incluso a grandes atletas a nivel mundial.
A raíz de este prestigio en 2003 se inauguró una carrera en Chihuahua, México, de 80 kilómetros bajo el nombre de Caballo blanco. A esta competencia han llegado muchos corredores de todo el mundo a competir con los rarámuris, considerados rivales difíciles de vencer en los ultramaratones.
María Lorena Ramírez Hernández es una de las máximas exponentes de las corredoras rarámuris ya que ganó la carrera de ultrafondo de 50 kilómetros llamada UltraTrail Cerro Rojo 2017 donde sobresalió al registrar un tiempo de 7 horas 20 minutos y por haberlo hecho además con huaraches, sin calzado ni equipamiento deportivo.
Los mejores corredores de México están en la sierra
La comunidad indígena se ha caracterizado históricamente por ser semillero de excelentes corredores que parecen tener un conocimiento automático para controlar a la perfección, la velocidad, la distancia y la resistencia física desde edades muy tempranas sin distinción de género.
Esta capacidad siempre ha estado ligado con la necesidad de traslado de los rarámuris, pues su entorno la sierra Tarahumara, es escabrosa y quebrada, con bruscos desniveles entre elevadas montañas y profundas barrancas que dificultan el uso de animales como caballos o burros e imposibilitan el acceso de cualquier vehículo.
Es por ello, que desde muy jóvenes los rarámuris buscan adaptarse físicamente a correr largas distancias, pues además de los desniveles, dentro de la sierra se enfrentan al caluroso clima y a la fauna salvaje que hace preferible recorrer los caminos lo más rápido posible.
Los deportes tarahumaras que ayudan a preparar la condición física de los corredores
Durante la conferencia “los rarámuris y el rito de correr”, organizada por la Dirección General del Deporte Universitario de la UNAM, Marcos Zaragoza, y Sabino Gill analizaron por qué los rarámuris son especialistas en carreras de largas distancias y en la conversación se mencionaron dos deportes de la comunidad indigena, el rarajipari y la ariweta.
El rarajípari consiste en ir y venir sobre una línea de entre 6 a 30 km a lo largo de caminos escarpados utilizando sandalias con suela de caucho. El número de vueltas depende de si es una carrera larga. Hay carreras que pueden pactarse a 15 vueltas, otras llegan a durar dos días y dos noches.
Durante la carrera se conduce una bola de madera, lo que rompe con la monotonía de la competencia y le da un sentido de juego. La bola se hace de la raíz de encino, madroño o táscate.
En el año 2000 durante el Festival Mundial de Juegos y Deportes Tradicionales celebrado en Alemania, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al juego de pelota tarahumara como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
La ariweta es la versión femenina del rarajípari, la cuál consiste en las mismas reglas, con la diferencia que en vez de usar una bola de madera, las mujeres llevan un aro en una rama.
El irrupción internacional de los corredores rarámuris
El año de 1992 fue clave para el reconocimiento de los rarámuri como grandes corredores a raíz del libro ”Nacidos para correr” del estadounidense Christopher McDougall en donde se describe su capacidad de resistencia y que la mayoría corre con huaraches.
Años después algunos corredores rarámuris llamaron la atención al ganar competencias, pues nadie entendía cómo personas que no entrenaban, vencían a competidores que se preparaban todo el año.
“Hubo gente como Richard Fisher (empresario estadounidense) que al ver cómo corrían, los llevó a Estados Unidos a que compitieran en una carrera muy famosa de 100 millas en Colorado”, comentó Marcos Zaragoza, doctor en Ciencias Bioquímicas durante la conferencia organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tarahumaras como símbolos de la riqueza cultural indígena de México
Los tarahumaras, conocidos entre ellos mismos como rarámuris (que significa corredor descalzo), son una comunidad indígena que habita en la parte de la Sierra Madre Occidental que atraviesa los territorios del estado de Chihuahua, el suroeste de Durango y Sonora según el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).
Los rarámuris comparten este territorio con los tepehuanes, pimas, guarojíos y mestizos. Aunque por ser el grupo más numeroso de las comunidades originarias y habitar un espacio más amplio que los demás a este zona se le denomina sierra Tarahumara.