De la Historia a las dos ruedas: Karelyn López Espinoza, una piloto de cambio

Ana Karelyn López Espinoza es una inspiración para muchas mujeres que buscan romper estereotipos en un sector tradicionalmente masculino. Su historia refleja la diversidad de intereses que pueden coexistir en una misma persona: de la investigación histórica al mundo del motociclismo, ella demuestra que con valentía y perseverancia es posible combinar diferentes pasiones y desafíos.

Esta mujer, de 30 años, está terminando su Licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y hace su servicio social en paralelo en el Museo de Geología de la misma universidad. Además, labora en el proyecto de numismática en la Dirección de Estudios Históricos del INAH. Pero no solo destaca en las aulas y archivos, sino también en las calles, donde ha encontrado una nueva pasión: el motociclismo.

La necesidad de movilidad en la siempre congestionada Ciudad de México la llevó a subirse a una moto. Su primer acercamiento fue práctico: como excoordinadora de un proyecto comunitario del gobierno capitalino, los traslados en servicios como Uber resultaban costosos, por lo que decidió adquirir una motocicleta para reducir gastos. Pero con el tiempo, esta necesidad funcional se convirtió en un verdadero estilo de vida.

El motociclismo, y más aún el transporte público y las aplicaciones de movilidad, siguen siendo áreas dominadas por hombres. La universitaria es una de las pocas mujeres motociclistas en aplicaciones como Picap, un hecho que, según ella, aún sorprende tanto a usuarios como a compañeros. En los casi 400 viajes que ha realizado, ha sido testigo de los prejuicios que todavía persisten.

Ella destaca que, además de los desafíos, también ha recibido palabras de aliento de mujeres que se sienten inspiradas por su ejemplo. “Algunas me han pedido consejo sobre cómo empezar a andar en moto, cómo elegir una y perder el miedo”, comenta con orgullo.

Para la joven, el mayor reto sigue siendo la seguridad. Aunque hasta ahora no ha enfrentado situaciones de acoso en sus viajes, sabe que el riesgo está presente, especialmente en zonas de la ciudad consideradas peligrosas.

Como medida preventiva, ha decidido no aceptar pasajeros hombres después de las 10 p.m. y evita circular por ciertos sectores en horarios nocturnos.

Karelyn visualiza un futuro donde más mujeres se integren en roles de transporte, donde se abran paso en lugares que han sido dominados por el sexo masculino.

Para ella, este tipo de plataformas representa una gran oportunidad para las mujeres de lograr independencia económica y autonomía, sin dejar de lado su vida personal.

La empresa donde labora, Picap, fue fundada en 2016 por Héctor Neira y Daniel Rodríguez en Bogotá, nació para enfrentar el caos del tráfico urbano. Su solución fue aprovechar la agilidad de las motocicletas, permitiendo a las personas recuperar tiempo perdido en embotellamientos. No solo es una idea de negocio, sino una misión para mejorar la calidad de vida de sus usuarios.

Con 3.5 millones de usuarios y más de 800 mil conductores en Latinoamérica, Picap ofrece una alternativa de movilidad rápida y accesible en países como México, Guatemala y Venezuela. Además, ha creado oportunidades económicas para miles de familias.

La visión de Picap sigue enfocada en transformar la movilidad urbana, con planes de expansión a más ciudades mexicanas como Mérida, Guadalajara y Querétaro, mejorando la vida de las personas y brindando nuevas oportunidades a través de la economía colaborativa.

A corto plazo, la aspirante a licenciarse en Historia, planea seguir combinando sus estudios, su trabajo en el Museo de Geología y su participación en plataformas de movilidad. Pero no descarta que, en algún momento, la moto deje de ser una herramienta de trabajo para convertirse en un estilo de vida.

“Voy a seguir en la moto mientras mi cuerpo lo permita. Sé que llegará un momento en que ya no pueda manejar, pero hasta entonces, quiero disfrutar de esta experiencia”, finaliza.