Esta es la razón por la que cerró el restaurante Casa Aramberri, donde hubo un terrible asesinato hace 91 años

El restaurante Casa Aramberri en Monterrey, Nuevo León cerró días después de su inauguración, a pesar de que tuvo un gran recibimiento por parte de cientos de persona que hicieron fila para poder comer en el lugar, donde hace 91 años ocurrió un asesinato.

A través de un comunicado en redes sociales, el establecimiento informó sobre el cierre indefinido de sus instalaciones por causas ajenas a la administración.

En el posicionamiento, Casa Aramberri Restaurante señaló que la razón por la que estará fuera de servicio es que el lugar resultó afectado por las lluvias ocasionadas por el Frente Frío No. 4. Si bien señaló que estará cerrado solamente “por unos días”, no especificó la fecha de reapertura.

“Debido a las afectaciones por las lluvias del día de ayer, nos vemos en la penosa necesidad de suspender por servicio por unos días para realizar las adecuaciones necesarias. Mantente atento a nuestras redes sociales oficiales donde estaremos informando la fecha de reapertura”, informó el 17 de octubre desde su perfil en Instagram.

El 5 de abril de 1933 dos mujeres fueron asesinadas en el número 1026 de la calle Aramberri en Monterrey, Nuevo León. Las víctimas eran madre e hija: Antonia Lozano de Montemayor y Florinda Montemayor.

La brutal escena fue descubierta por Delfino Montemayor, esposo y padre de las mujeres, quien volvía a casa luego de salir de su trabajo en la Fundidora. Al entrar a su hogar encontró el cuerpo de su hija Florinda, quien había sido degollada y cubierta con un cobertor, con las manos atadas a la espalda.

Pronto las autoridades supusieron que el móvil del doble homicidio pudo haber sido un robo, ya que faltaban objetos de valor de la vivienda. Además, las investigaciones policiales determinaron que no había señales de que la puerta de la casa hubiera sido forzada, lo que llevó a la hipótesis de que los atacantes podrían haber sido conocidos de las víctimas.

Una pista más fue un rastro de sangre que condujo a la polícia la casa en la calle Aramberri hasta una carnicería propiedad de un hombre identificado como Gabiel Villareal. En el negocio fueron encontradas varias prendas ensangrentadas, un elemento clave para resolver el crimen.

Finalmente fueron declarados culpables Fernando y Heliodoro Montemayor, quienes efectivamente eran parte de la familia: se trataba de los sobrinos de Delfino Montemayor. Mientras que Villareal, Emeterio González y Pedro Ulloa fueron señalados como cómplices.