Tras años envuelta en controversia por escándalos relacionados con su famosa familia, Sofía Castro abrió su corazón para compartir detalles sobre cómo fue vivir con su padrastro, Enrique Peña Nieto, durante su mandato como Presidente de México y por primera vez habló sobre la relación padre-hija que construyeron durante más de una década.
“Fue rudísimo a la extrema potencia, más de lo que te puedas imaginar, pero siempre mi mamá nos dijo que no podíamos ser malagradecidas con las cosas buenas que nos pasaban en ese momento. Fue muy rudo, pero hubo una parte muy buena, en ese momento no lo veía, pero hoy digo que me forjó, aprendí mucho de esa experiencia. Lo muy bueno fue que pudimos ayudar a mucha gente”, contó en el podcast La Magia del Caos de Aislinn Derbez.
La actriz, quien celebrará su cumpleaños número 28 el 30 de octubre de este 2024, comenzó por reconocer los momentos buenos que vivió como parte de la familia presidencial de México entre 2012 y 2018. Principalmente, aplaudió los logros de su madre, Angélica Rivera, como primera dama y presidenta del DIF.
“Nosotros fuimos un acompañamiento de lo que él decidió, porque él quiso ser presidente, no nosotros quisimos ser parte de la familia presidencial”.
También recordó que cuando Enrique Peña Nieto ganó la presidencia de México (2012), tanto él como ‘La Gaviota’ tuvieron una plática familiar para advertir a sus seis hijos (frutos de anteriores relaciones) cómo sería su vida en los próximos seis años.
“Enrique y mi mamá se sentaron con nosotros para decirnos ‘las cosas van a estar así, no sabemos las cosas fuertes que van a pasar, tenemos que aguantar vara, no se lo tomen personal, no es contra de ustedes’. Está padre decirlo, pero entiéndelo... yo sí me la creí, me la compre y fue donde empezaron mis temas alimenticios y mi depresión”, dijo.
Sofía Castro comentó que esa temporada fue muy fuerte tanto para ella como para el resto de su familia, no obstante, disfrutaron de algunos permisos especiales pese a las restricciones.
“Fuimos una familia lo más unida que pudimos, tratamos de darnos muchísima contención porque nadie nos entendía y hasta la fecha, la complicidad y lo que vivimos los ocho solo lo vamos a entender los ocho (...) mi papá nos contuvo muchísimo”, dijo.
“Los domingos siempre comíamos juntos, yo siempre llegaba medio cruda, todos oliendo a mariachi y nos dejaban. Hablo por mí, y un poco por mis hermanos, nos dejaron ‘bueno, váyanse al antro’, obviamente con muchas responsabilidades y restricciones y salíamos siempre los cinco, todos en una mesa”.