Cada noche astrónomos de todo el mundo se dedican a observar y registrar los distintos objetos espaciales que son visibles desde la Tierra, y a su vez tratan de explicar su origen y catalogarlos según sus características.
No obstante, los conocimientos científicos suelen actualizarse sin que se enteren muchas personas, un caso muy común es confundir las coloquialmente llamadas “rocas espaciales” pues suelen llamarse indistintamente como meteoro, asteroide e incluso bólido, objetos que presentan sus propias características.
Conocer con precisión cada uno de estos objetos espaciales ayuda a tener un mayor entendimiento del espacio y la historia del universo, pues forman parte del complejo comportamiento del cosmos.
Las definiciones de las rocas espaciales
De acuerdo con la NASA, en la actualidad se conocen más de un millón de asteroides. Específicamente, un millón 298 mil194. La mayoría de ellos se encuentran orbitando el Sol entre Marte y Júpiter, dentro del cinturón principal de asteroides.
Meteorito
Se le conoce como meteoroide a cualquier objeto del espacio interplanetario o del Sistema Solar demasiado pequeño como para ser considerado un asteroide o un cometa, el nombre “meteoro” proviene del griego “meteoros”, que significa fenómeno en el cielo, y se emplea para designar a cualquier objeto que ingresa en la atmósfera de un planeta produciendo un fenómeno de incandescencia temporal.
Asimismo, los meteoritos son los meteoroides que lograron adentrarse en un planeta ajeno al lugar en que se formaron sin destruirse al pasar su atmósfera según información de la revista National Geographic.
La mayoría de meteoritos que llegan a la Tierra proceden del cinturón de asteroides, un disco de escombros espaciales que rodea al Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter, y que se cree que son los restos de un planeta que nunca llegó a formarse debido a la influencia de la gravedad de la estrella gigante del sistema solar.
Los meteoritos se clasifican según su composición se distinguen entre meteoritos metálicos, meteoritos rocosos y meteoritos metálico-rocosos o mixtos.
Asteroide
Los asteroides, a veces llamados planetas menores, son restos rocosos que quedaron de la formación inicial de nuestro Sistema Solar hace unos 4.600 millones de años según se explica en el sitio oficial de la La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
La mayoría de los asteroides tienen formas irregulares, aunque algunos son casi esféricos y, a menudo, tienen hoyos o cráteres. A medida que giran alrededor del Sol en órbitas elípticas, los asteroides también giran cayendo a medida que avanzan, la principal diferencia con los meteoritos es su tamaño, pues los asteroides pueden llegar a alcanzar los 530 kilómetros de diámetro .
Los asteroides se clasifican por clases C, S O M según su composición:
- Los asteroides de tipo C (condrita) son los más comunes. Probablemente se componen de rocas de arcilla y silicato, y tienen apariencia oscura. Se encuentran entre los objetos más antiguos del Sistema Solar.
- Los tipos S (“pedregosos”) se componen de materiales de silicato y níquel-hierro.
- Los tipos M son metálicos (níquel-hierro). Las diferencias en composición de los asteroides están relacionadas con cuán lejos del Sol se formaron. Algunos experimentaron altas temperaturas después de formarse y derretirse parcialmente, con el hierro hundiéndose hacia el centro y forzando la lava basáltica (volcánica) a la superficie.
Bólido
El bólido es el objeto con la definición más ambigua pues es un meteoro muy brillante, caracterizado por parecer una bola de fuego y crear una huella luminosa, es decir que llamar bólido a un meteorito dependerá de su apariencia al ingresar a la atmósfera y si al destruirse prevalece luz en su lugar.
A diferencia de los meteoritos conocidos como “estrellas fugaces” que su luminiscencia dura un par se segundos, la de los bólidos puede alcanzar hasta los 40 segundos.