Día Mundial Contra el Dolor, ¿Por qué se celebra el 17 de octubre?

El dolor es una sensación que todas las personas han sentido por lo menos una ocasión en su vida ya sea en la infancia, adultez o vejez derivado de una caída, cirugía, etc.

Aunque puede presentarse por diferentes motivos y de diversas maneras, ya sea constante o intermitente, es necesario que cualquier ser vivo tenga oportunidad de sentir alivio.

De acuerdo con la (IASP, por sus siglas en inglés) Asociación Internacional para el Estudio del Dolor su definición es “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión real o potencial”.

En 1973 John Bonica, anestesiólogo y luchador profesional siciliano estadounidense, creó el IASP con sede central en Washington D.C., Estados Unidos, con la intención de investigar y manejar el dolor de tal manera que fuera posible crear un foro igualitario, interdisciplinario e internacional que contribuyera al conocimiento sobre el dolor y mejorara la atención de los pacientes.

El 11 de octubre de 2004 en Ginebra, Suiza, el IASP, (EFIC por sus siglas en inglés) la Federación Europea del Dolor y la Organización Mundial de la Salud (OMS) como corresponsal, establecieron el 17 de octubre como el Día Mundial contra el Dolor.

El objetivo de esta fecha fue dar visibilidad a la necesidad por encontrar alivio al padecer enfermedades, lesiones o malestares que lo causan.

Aunque cada ser humano percibe de diferente manera esta sensación, existe una clasificación al umbral que permite catalogarlo como agudo, es decir que aparece de forma repentina y no dura mucho o crónico, el cual persiste durante un tiempo prolongado que puede superar los tres meses.

De acuerdo con el Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento, tan sólo en México el 41.5% de los adultos con más de 50 años de edad reportan sufrir dolor y las mujeres son quienes lo presentan más que los hombres.

Según las estadísticas mostradas por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) del gobierno de México, el dolor crónico afecta del 25 al 29 por ciento de la población mundial.

De acuerdo con el INSP, una de cada tres personas lleva una vida “anormal” debido a la presencia de dolencias graves que les imposibilita realizar diferentes actividades indispensables para mantener un cuerpo saludable como hacer ejercicio, dormir bien o participar en actividades sociales.

Su manejo inadecuado tiene severas repercusiones físicas, afectivas y socioeconómicas para la persona, la familia y en los servicios públicos de salud debido a que el dolor crónico es la principal causa de ausencias laborales y discapacidad, por lo que se generan enormes costos en el sector salud.

Aunque el dolor crónico no se puede prevenir, se aconseja mantener un peso ideal, con una alimentación saludable, realizando actividad física, dormir bien y recibir atención ante problemas como ansiedad o estrés para que disminuya la posibilidad de presentar dolor.

De acuerdo con el Centro de Información para Decisiones en Salud Pública (CENIDSP) de la Ciudad de México, el apoyo familiar es fundamental para ayudar a las personas que padecen dolor crónico.

Se ha demostrado que al ofrecer a los pacientes información, recursos, apoyo emocional y social se les ayuda a seguir con el tratamiento y esto contribuye a su mejora. Ante tal situación, la OMS ha solicitado que el dolor crónico pase a ser considerado una enfermedad y que su alivio sea catalogado como un derecho humano.